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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La política, en el Parlamento

El deporte -y el fútbol más en cuanto que es deporte rey- debería unir a las personas, en lugar de separarlas y buscar entre ellas choque ideológico y confrontación. No es bueno que en la cercanía de una celebración de relevancia internacional, como es el encuentro de selecciones que se va a disputar en El Molinón a finales de este mes, se hablé más de cuestiones extradeportivas que del enfrentamiento deportivo en cuestión. Lo que debería anunciarse como una fiesta popular barrunta romería y ruido en medio de fuertes medidas de seguridad.

En la mañana de ayer, quince colectivos propalestinos anunciaron que llevarán a cabo una movilización el día del encuentro deportivo en protesta contra el Estado de Israel. Su intención es reproducir sobre el cemento o en los aledaños del estadio el mismo partido que se ha disputado en el Ayuntamiento, y que uno no sabe ya si ha acabado en tablas, si en victoria de los de casa o en goleada de los foráneos.

De igual forma que el salón municipal de plenos no es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, El Molinón no puede convertirse en sede de un plebiscito. A las organizaciones convocantes les ampara la libertad de expresión y están en su derecho de expresarse libremente, pero no parece el campo de fútbol el lugar más idóneo, sean muchas o pocas las tarjetas rojas anónimas que desde la "tribunona" se muestren a la selección israelí. Un campo de fútbol no es lugar para silbar a un himno, para mostrar enseñas, para manifestar gestos políticos. A hacer política se va al Parlamento, no a la grada de un estadio.

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