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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Dos caras del deporte

Gijón vivió ayer las dos caras del deporte: la placentera y la amarga. En el platillo positivo de la balanza, la confirmación de Pablo Carreño como una estrella del tenis en ciernes, como ya venía apuntando desde hace un par de años y confirmó ganando el punto decisivo en la pasada eliminatoria de la Copa Davis. En el lado negativo, el "caso Traoré", que pinta otro trazo oscuro en la negra trayectoria de la actual temporada del Sporting.

No parece que el delantero africano fichado de urgencia por el Sporting pueda encontrarse en la mejor condición psicológica para afrontar el enfrentamiento a vida o muerte de mañana ante el Granada, en el que el Sporting agota sus últimas ambiciones de permanencia en Primera. Que la Policía tenga que intervenir en el domicilio del futbolista tras una llamada de auxilio, por una fuerte trifulca con su pareja; que el entrenador reconociera la pasada semana que el espigado ariete arrastraba duros trances familiares y que el jugador sea la comidilla de la ciudad hacen pensar que su disposición no sea la más idónea, por mucho que Rubi confirme que ayer entrenó como nunca. Al fichaje estelar del invierno parece que le faltan dos veranos.

Por fortuna, a partir de ahora siempre nos quedará Carreño, que se ha colado en las semifinales de su primer Máster 1.000 en Indian Wells, para rebatirle el acceso al título a una fiera insaciable como Wawrinka. El chavalín que dio sus primeros raquetazos en el Grupo Covadonga es ya un señor tenista que nos tendrá a todos hoy frente al televisor, a la hora en punto, para detener el segundero de un reloj suizo de precisión.

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