Potentes, inquietantes, difíciles, complicados? pongan ustedes el adjetivo que deseen para los rivales de Real Madrid y Barcelona en Champions. La ceja de Ancelotti volverá a enarcarse en el banquillo del Bernabéu y el gran Xabi Alonso vuelve también al estadio que lo acogió en su época dorada y ante una afición que en gran parte sigue sin comprender su marcha anticipada, casi a precio de saldo. Misterios del fútbol o caprichos del de turno. Bayern-Madrid, el gran duelo europeo, con la ligera ventaja de que los blancos juegan la vuelta en casa.
Ventaja de partido de vuelta en su terreno de la que también disfrutará un Barça que después del milagrito ante el PSG ve cualquier resultado previo superable, aunque en esta ocasión la labor arbitral estará bajo lupa, que Collina no tolerará más revuelos. Juventus, aparte del peligro que tiene cualquier detentador del scudetto (lleva cinco consecutivos) tiene con los barcelonistas pendiente la espina de Berlín. Mucha tela que cortar ante los del incombustible Buffon.
La sonrisa del sorteo la puso el Atlético de Madrid, con ese caramelo que se muestra envenenado al final: Leicester. Calificado como presa fácil, que se lo pregunten a Jorge Luis Sampaoli. Poca fortuna para zanjar en Sevilla, una expulsión infantil lo puso imposible fuera.
Y a orillas del Piles, otra final. Otra más, para mantener vivas esas escasas posibilidades. Los desavisados de guardia hacen llamamientos a la fiel hinchada sportinguista, como si hiciera falta. No estará la CCC (Cuéllar, Cases y Cop), y continúa el serial Traoré (un gol, uno), que parece que podrá finalmente jugar. Esa fue la gran cuestión semanal. El Granada, que lleva 41 goles recibidos en sus salidas, y todavía no conoce el triunfo fuera, es el clavo ardiendo al que hay que agarrarse.
