La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Catedrático emérito de Ingeniería Química

La conexión castellano-asturiana en dermatología

El entusiasmo del doctor Barthe Aza

Nos ha dejado el doctor Adolfo Barthe Aza, pionero y figura de referencia dentro de la dermatología asturiana. Conocí a Adolfo Barthe al llegar a Oviedo como catedrático, en el año 1972, a través del profesor Pedro Álvarez-Quiñones Caravia, asturiano y catedrático de dermatología de la Universidad de Valladolid. El profesor Quiñones era buen amigo de Adolfo Barthe y fue el tutor de su tesis doctoral. En aquellos tiempos, con una universidad pobre de solemnidad, había catedráticos de gran talla intelectual y profesional que consiguieron formar un grupo de discípulos en su especialidad. Algunos de ellos se reunían en una cafetería de Valladolid, casi a diario: el profesor Sisinio de Castro (después catedrático en Salamanca), el profesor Fidel Mato (catedrático de Química Técnica), el profesor Quiñones y alguno más que no recuerdo, junto con Miguel Delibes como el hombre de Letras.

De mi primer encuentro con Adolfo Barthe me impresionó su noble entusiasmo por la dermatología (muy limitada entonces de profesionales en Asturias) y su compromiso y amor por esta región. A los pocos años de aquel encuentro comenzaron a ejercer en Asturias varios dermatólogos formados en Valladolid: Julián Ceñera (Gijón), Tomás Vigil (Oviedo), Pedro Ramas Mier (Oviedo) y Hanna Stefaniak (primera mujer dermatóloga en Asturias) y pocos años más tarde dos nuevos catedráticos, formados en Valladolid, accederían a las cátedras de Santiago de Compostela (Jaime Toribio) y Oviedo (Narciso Pérez Oliva). Todos ellos tuvieron relación con Adolfo Barthe, aunque eran casi de una generación posterior. La conexión dermatológica castellana había llegado al noroeste de España mucho antes que el AVE. El impacto de la Universidad vallisoletana en Asturias había tenido un precedente, pocos años antes, con el profesor Antonio Pérez Casas, encargado de poner en marcha la naciente Facultad de Medicina en Oviedo. En alguna ocasión viajé con Pérez Casas desde Valladolid a Oviedo, en aquel tren en que el trayecto se hacía interminable, y pude darme cuenta del esfuerzo heroico que tuvo que realizar para poder lograr una Facultad de Medicina digna, con una gran penuria de medios e instalaciones.

Pasados los años Adolfo Barthe se vio involucrado en la política y fue candidato por la UCD al Senado. No resultó elegido por un escaso número de votos, y a pesar del gran número de pacientes agradecidos por su labor. Pero es que en España es difícil triunfar en política con la bandera de un liberalismo ético y tolerante, sin pertenecer a uno de los dos bandos (es decir, los dos grupos mayoritarios). Más aún, en España los partidos prefieren a candidatos que sean titulados en Derecho y mejor aún con titulaciones blandas (o sin titulación). La política española necesitaría de más médicos e ingenieros que, con experiencia profesional previa, aplicasen su metodología a la solución técnica y realista de los problemas de los ciudadanos, que no admiten demora, en vez de utilizar su cargo para dilatar mediante artilugios legales los juicios por irregularidades, a la espera de que prescriban.

La última vez que vi a Adolfo Barthe fue hace dos meses, en la presentación que hizo José Luis Galán de "Los Caminos de Santiago por Asturias". A pesar de su edad, demostraba gran interés por todo lo relacionado con Asturias, y su inmejorable aspecto no hacía prever tan pronto desenlace. El doctor Barthe fue siempre parte del paisaje asturiano y me agradaría pensar que a pesar del duro bregar y los sinsabores que pudo haber en su dilatada trayectoria, llegó a ver realizadas algunas de las ilusiones en las que puso su desbordante y a veces ingenuo entusiasmo. Como decía el doctor Gregorio Marañón: "Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar".

Al dar a Adolfo este último adiós, deseo transmitir a su esposa, Mercedes, y a toda la familia mi más sentido pésame, que también compartimos los que fuimos sus amigos.

Compartir el artículo

stats