No aprenden, los partidos asturianos -los más tradicionales y los más novatos, todos- siguen en su mundo, sin percatarse de lo que les reclama la sociedad. Lo que quieren los ciudadanos es que les solucionen el mayor número de sus problemas y, de no ser así, por lo menos, comprobar que sus representantes en las instituciones ponen todos los medios a su alcance para conseguirlo. La falta de acuerdo de los partidos en torno a la llamada "Alianza social y política sobre las infraestructuras de comunicación del Estado que Asturias necesita" no tiene un pase. Si ni sobre las grandes obras que necesita la región logran el más mínimo consenso los grupos con representación en la Junta General del Principado, mal vamos, pero que muy mal.
Lo que ha pasado es inconcebible. De lo que se trata es simple y llanamente de defender ante la Administración central proyectos que no ofrecen dudas ni para la patronal ni para los sindicatos, es sólo reivindicar su importancia para Asturias. Pero nada, no hay manera, no hay nada que hacer. El electoralismo en Asturias todo lo puede. Y una vez más el Gobierno de Javier Fernández se ha quedado sólo con el apoyo de IU y eso, sí, en esta ocasión, con el respaldo también de dieciocho organizaciones sociales de la comunidad autónoma. Ni PP, ni Podemos, ni Foro, ni Ciudadanos se sumaron a la iniciativa.
El rechazo de podemistas y casquistas era de esperar, ya que todo lo que huela a Ejecutivo socialista o a Javier Fernández cuenta con la inmediata negativa de ambas formaciones. Por principio. No hay ni tan siquiera posibilidad de diálogo. Lo han venido haciendo a lo largo de la legislatura y nada hace presagiar que vayan a cambiar. Los populares, por su parte, han optado por la postura más cómoda, por decir sí a todo lo que provenga del Gobierno de Mariano Rajoy. ¿Y Ciudadanos?, pues Ciudadanos, el partido que presume de ser la quintaesencia de la política del consenso, decidió quedarse fuera de este acuerdo porque, al parecer, había excesivas reivindicaciones. Razón de peso.
