La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Cuánto valen 150 millones de milenials?

Snapchat es una aplicación de móvil que permite a sus usuarios compartir fotos y vídeos (casi siempre de uno mismo en divertidas situaciones) que desaparecen del ciberespacio a las 24 horas de ser publicadas. No se almacenan. Son una diversión efímera, intrascendente y esa ha sido su revolución.

Snapchat tiene más de 150 millones de usuarios activos cada mes. En realidad son muchos menos que los 1.800 millones de Facebook. Pero Snapchat tiene algo que el resto no tiene: sus usuarios son mayoritariamente milenials. Jóvenes nacidos a finales de los 90 y principios de siglo que están a punto de convertirse en el mayor nicho de mercado de la historia. Acostumbrados a consumir por internet, sin miedo al comercio electrónico, con nuevos gustos por descubrir y una sociedad por construir. Y la mayoría están ahí, en Snapchat. Un caladero de clientes en el que cualquier empresa desearía poder pescar.

Snap salió el pasado 2 de marzo a bolsa alcanzando un valor de 33.000 millones de euros en su primera jornada. Creció un 44% y, aunque la siguiente semana cayó hasta perder casi 5.000 millones, tiene a grandes inversores detrás que han decidido hacer una apuesta a medio plazo. El necesario, esperan, para encontrar el modelo de negocio. NBC Universal se ha jugado nada menos que 500 millones. Un dineral teniendo en cuenta que los padres de la criatura mantienen el control de una empresa que, hoy por hoy, tiene pérdidas.

Al igual que WhatsApp, Snapchat no tiene publicidad. Bueno, tiene, pero son historias como las de los usuarios, contadas por las empresas y desarrolladas por los propios creativos de Snapchat. Complejo y poco rentable. Teme que, si pone inserciones comerciales, sus usuarios les abandonen. Así es la ley de la jungla de las aplicaciones para móviles. Siempre hay alguien dispuesto a ofrecer tu idea gratis y sin publicidad.

Así que el dilema de la empresa de los 33.000 millones es cómo obtener beneficio de dar servicio a un público valiosísimo y cautivo, pero rebelde, inconformista y sin ninguna lealtad a un canal que cambiará de forma caprichosa por otro más divertido o sencillamente novedoso. Y que, por si fuera poco, se comportará como un enjambre: todos le abandonarán a la vez.

Tienen esperanza. Spotify ha encontrado a 50 millones de usuarios que pagan religiosamente cada mes para poder escuchar su música sin publicidad. A fin de cuentas, si Snapchat va a ser el canal, quizá quiera alquilar sus pantallas a la Liga de Fútbol Profesional. ¿O acaso los milenials no ven el fútbol?

Compartir el artículo

stats