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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Liturgia socialista

Gijón marca el kilómetro cero de la carrera emprendida por Pedro Sánchez para recuperar el liderazgo nacional del PSOE. El candidato de la militancia según su propio criterio tiene mucha carretera por delante y demasiado toque de corneta para alcanzar sus fines.

Cuando uno se enfrenta al candidato oficial necesita las hojas del censo y una de parra para tapar sus vergüenzas antes de atreverse a desnudar al adversario, que como juega en casa salta al cuadrilátero con la ventaja de un par de goles en su casillero. El árbitro es la gestora y viste de negro o de fucsia.

Cuando un partido ateo recurre a terminología bíblica para explicarse cabe pensar que lo que discuten los socialistas es cómo santificar la unidad de lo que nace trino: tres aspirantes y una sola silla plenipotenciaria a la izquierda de dios padre -o a la derecha, según el discurso de cada candidato-. En ese triunvirato, el ilustre visitante de ayer tiene a su cargo la multiplicación de los panes y los peces y los avales.

Adriana Lastra, que en esta procesión podría desempeñar el papel de Magdalena, llamó a las bases, en la liturgia mitinera dominical, a expulsar a los mercaderes del templo de Ferraz para restaurar el mandamiento del que fue recibido entre palmas y acabó crucificado o molido a palos.

Así que el kilómetro cero del "sanchismo" en Asturias se ha convertido, en las vísperas de Semana Santa, en un segundo Domingo de Ramos del líder, que llegó en un pollino a falta de un AVE en el que viajar y que, como Pedro el resucitado, también transita por el kilómetro cero. O menos uno.

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