El pasado 23 de marzo se publicó en LA NUEVA ESPAÑA una importantísima iniciativa ciudadana para Asturias, también difundida a través de las redes sociales. Estamos ante un S.O.S., un aviso urgente, que tiene un gran alcance económico para nuestra castigada región.
El presidente del Colegio de Geólogos, José Antonio Sáenz de Santamaría, plantea la imprescindible inclusión del Principado de Asturias en el Corredor Atlántico de la Unión Europea (UE), ese eje ferroviario del tren de Alta Velocidad del que han sido excluidos los puertos marítimos del Noroeste español, como El Musel de Gijón o el de Avilés. Y, además, exige que ese eje Atlántico tenga el mismo carácter prioritario que ya tiene el equivalente Mediterráneo. Es un eje ferroviario comunitario que debe continuar hasta Gijón, completado con la Variante de Pajares, cuyas lentísimas obras están ahora paralizadas, y pide que su desconocido tramo Pola de Lena-Gijón llegue hasta los puertos de El Musel y el de Avilés. Es una cuestión que hay que considerar fundamental dado que el tráfico tiene que ser mixto, es decir, de viajeros y, ¡atención!, también de mercancías. Esto último es indispensable para que se desarrolle con potencia la vida económica de Asturias. Algunos despistados llegan a conformarse con que esta línea de Alta Velocidad acabe en Pola de Lena o, como mucho, en Oviedo.
La Plataforma Tecnológica Túneles de Pajares, que preside el ingeniero Vicente Luque Cabal, también defiende que la dichosa Variante de Pajares utilice el tráfico mixto para viajeros y mercancías, dado que la importante magnitud de su inversión no se justifica solamente por el tránsito exclusivo de viajeros. En un reciente artículo que firman el presidente de esta Plataforma Tecnológica y su vicepresidente, el ya mencionado geólogo Sáenz de Santamaría, defienden ese tráfico mixto para los túneles de Pajares, y comentan que el ancho ibérico "ofrece todas las garantías para dar un servicio de gran calidad a Asturias". (Web de lne.es, 01-04-2017). Luque Cabal ha trabajado más de cuarenta años en el ámbito de la ingeniería, por ejemplo, en la Dirección de Energía de la Comisión Europea y en las Redes Transeuropeas en el campo del transporte. Hace unos días, la Escuela Politécnica de Ingenieros de Gijón le entregó el Premio Ingeniero del Año por su "gran trayectoria profesional".
Nuestro buen Sáenz de Santamaría considera que la situación en Asturias sobre el tren de Alta Velocidad español (AVE) tiene la suficiente gravedad como para lanzar un S.O.S., y que la ciudadanía asturiana se arremangue con mucha energía para organizar una "segunda escandalera". La primera fue el 27 de marzo de 1881 y congregó una multitudinaria protesta de ciudadanos en esta plaza de Oviedo, capital del Principado, que por esa gran manifestación sigue llevando el nombre popular y oficial de La Escandalera. En aquella histórica manifestación de hace 136 años, se reclamó al gobierno de España que el trazado ferroviario para cruzar la cordillera por Pajares fuera acorde con los intereses de la región, algo que no estaba sucediendo.
La "segunda escandalera" que propone ahora nuestro avanzado Colegio de Geólogos va con el objetivo de "Que Asturias no pierda el tren", e indicar al Gobierno de España el dinero que hace falta para que Asturias reciba el nuevo tren. Deben de estar corriendo buenos tiempos económicos. Por ejemplo en estos pasados días presupuestarios, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió en Barcelona con 500 empresarios y los representantes de sus organizaciones empresariales, comunicándoles que en los próximos presupuestos del Estado figuran unos espléndidos 4.200 millones de euros para las infraestructuras de Cataluña. Por tanto, hay que organizarse. Para esa posible y necesaria gran manifestación o "segunda escandalera" que propone el Colegio de Geólogos en Oviedo, espera que sea apoyada por los demás colegios profesionales, los sindicatos, la patronal y las Cámaras de Comercio, las asociaciones de vecinos con su Federación y la Unión de Consumidores, las agrupaciones culturales, de jóvenes y de jubilados, las diversas organizaciones eclesiales, la Universidad, los institutos y los colegios de enseñanza con sus profesores y alumnos, los centros asturianos de todo el mundo, etcétera, así como los ayuntamientos y los partidos políticos de cualquier tendencia.
En aquel siglo XIX de los tiempos de Clarín, llegaba el tren. Ahora, en el siglo XXI, tiene que venir el nuevo tren que exigimos en Asturias, el tren de Alta Velocidad español (AVE), con viajeros y mercancías, el AVE de Asturias.
