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Nueces de California

Fick

La corrupción y el médico alemán que sabía matemáticas

"La libertad no es nada más que

una oportunidad para ser mejor"

( Albert Camus)

Cuando era pequeño quería ser pastelero porque un día me dijeron que los aprendices de pastelero podrían comer todos los pasteles que quisieran hasta que se hartasen. ¿Se imaginan poder zamparse todos los milhojas de La Mallorquina que ustedes deseen? Pero rápidamente me dijeron: "No vayas tan rápido Juanín, que eso se hace para que los repugnen y que cuando estén trabajando ya no se les ocurra comerlos". ¿Qué?, es decir ¿que los que preparan los pasteles son personas a las que no les gustan? No lo podía entender, pero parece ser que es así. Quizás sea igual en otras profesiones: los médicos con los pacientes, los profesores con los alumnos, los curas con los feligreses, los pintores con sus cuadros, los escritores con sus lectores y los músicos con sus oyentes.

Esto me conduce a pensar que deberíamos estar hablando perpetuamente sobre la corrupción para ver si los contribuyentes nos cansamos de una vez de que nos roben nuestro dinero, que todos entendamos que cada euro desviado a causa de la corrupción es una oportunidad menos de solucionar el cáncer; que cada euro que se escatima a la caja pública es una beca menos que podría ir a parar a la investigación contra las enfermedades raras o neurodegenerativas; una beca menos de estudios o de comedor, un recorte en la sanidad o una estocada a la ya de por sí maltratada ley de dependencia. Cada euro que nos roban, y nos roban muchos, es un profesor menos y un fracaso más; un policía menos para proteger a una mujer objeto de maltrato; un juez menos para agilizar la justicia y meter en la cárcel a este cáncer político-social que quiere terminar con nuestro Estado de Derecho, con nuestras libertades, con nuestros derechos adquiridos, paralizándola. Cada euro que se despilfarra es un guarda forestal menos, un incendio más, un menoscabo de la vida salvaje y del medio ambiente. Cada euro que nos roban es una posibilidad menos de terminar con la desigualdad, de hacer que nos sintamos orgullosos de un país que de otro modo estaría a la vanguardia. Y podría seguir así años a ver si se asquean y reaccionan. No se trata de decir que los demás grupos políticos hacen lo mismo, sino exigir que ninguno lo haga. Se trata de hacer pasar el bien común por delante del interés individual. ¿Va eso contra alguna religión? Digo eso porque los que votan al PP se suelen decir ultra religiosos.

También pienso que los americanos prefieren votar a políticos ricos porque estiman que ya nos les van a robar. Eso igual quiere decir que tendríamos que pagarles mucho mejor, a ver si ocurre como con el aprendiz de pastelero, y también exigir que nos representen los mejores, porque estos políticos de medio pelo que no tienen donde caerse muertos o que no saben qué hacer ni a dónde ir si pierden el escaño no son la solución, son cantantes de "play-back", se desinflan en directo. Por eso "lamen" lo que sea menester, y son los perros de su amo.

Pero la cosa no es tan sencilla, no es como los calvos que no tienen caspa: los políticos provienen de la sociedad a la que representan y me gustaría entender la relación existente entre ambos. Por ello quiero hablarles de las leyes de Fick, Darcy y de Fourier que rigen los procesos difusivos. Adolf Fick fue un médico alemán que sabía matemáticas, y a mediados del siglo XIX derivó la ley que describe la difusión de materia por diferencia de concentraciones. Fick también fue el inventor de las lentillas. Curiosamente las diseñaba con moldes de yeso tomados sobre los ojos de los cadáveres. Obviamente le provocaban irritación, la misma que estoy seguro les provoca la corrupción después de haber leído este artículo. Henry Philibert Gaspart Darcy nació en Dijon, ciudad conocida por su mostaza, y se hizo famoso al estudiar las fuentes de su ciudad y describir el flujo del agua en medios porosos. Gracias a él y a Fick entendemos por qué las meadas de las vacas contaminan los acuíferos someros. Jean-Baptiste Joseph Fourier es uno de los padres de la ciencia moderna. Sus trabajos sobre transmisión del calor dieron pie posteriormente a la herramienta más utilizada en la historia de las matemáticas, la transformada rápida de Fourier, base de las telecomunicaciones. Fourier, aunque solo quería calentarse más eficientemente, es el responsable subsidiario de que hoy exista WhatsApp y la gente pierda el tiempo en el trabajo mandando mensajes como idiotas.

Los tres tenían razón en que la contaminación, el agua y el calor difunden de igual manera. ¿No les parece sorprendente? Difunden en contra del gradiente, es decir, de la diferencia. Por eso aquellos que piensan que el calor "va p'arriba" están equivocados. Se confunden por ejemplo si arriba está alguno de esos jefecillos de tramas corruptas bien calentitos haciendo "la java". En este caso el calor iría "p'abajo" -Contreras-que-no-te-enteras. "Faire la Java", a eso se dedicaban los genios del "Spanish-Economic-Miracle", y la fiesta la pagábamos todos, y me imagino que correría la cocaína y el Champagne.

Y si adoptásemos una acepción más amplia de contaminación, podríamos describir la ley PP (Partidos Políticos) y concluir que la corrupción difunde en contra del gradiente. ¿Y hacia donde apunta el gradiente? ¿Hacia PP o hacia la sociedad? Creo humildemente que el gradiente apunta hacia PP, que se comportan como asociaciones de malhechores. ¿Por dónde pasa la curva de nivel que une la corrupción entre Madrid y Barcelona? Sin duda da una vuelta por Valencia, sigue paralelo a los Pirineos hasta llegar a Asturias, y en Asturias hace varios remolinos y decide quedarse en el paraíso.

Todo me recuerda "La décadanse", magnífica canción de Serge Gainsbourg y Jane Birkin, con su "porte-jartelles" (liguero), y también "Le poinconneur des Lilas", siempre haciendo agujeros, o "Annie aime les succettes à l'anis" (A Annie le gustan las piruletas de anís) que cantó una France Gall sin muchas luces, que no se dio cuenta del doble sentido de lo que estaba diciendo. Casi casi como Esperanza Aguirre, la corrupción de los madriles, y sus lágrimas de cocodrilo, lágrimas que se secan de inmediato y que no llenarán un océano. Cada vez queda menos para el ocaso: Jaque-Mate a la reina de la capital europea de la corrupción.

Ayer soñé que la legión cóndor bombardeaba el campus de Mieres que estaba vacío, y el Sr. Rector declaraba que le habían librado de una buena. Desgraciadamente ya son varios rectorados que miran para otro lado. Se terminó el dorado y el gradiente ya no apunta hacia Mieres. Antes-de-ayer soñé que desaparecían las corruptelas y que los irresponsables que se dedican a entorpecer el camino de los que innovan y quieren cambiar las cosas habían sido echados fulminantemente a la calle, y tirado sus enseres por las ventanas, como en las tragicomedias. Antes-antes-de-ayer tuve un sueño apocalíptico: la televisión estaba mostrando el fin del mundo. Los periódicos siguieron y dieron un poco más tarde la noticia. Como casi siempre, hubo personas que no se enteraron, paseaban felices por la calle, felizmente ignorantes. Las televisiones dieron al unísono la noticia. Repitieron cansinamente las imágenes, y yo pensé: ¡como con la corrupción, nos estarán acostumbrando! Hoy me levanté risueño y pensé: No habrá paz para los malvados. José Coronado había finalmente rematado su trabajo sin fiscales corruptos de por medio.

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