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andres montes

Última oportunidad

La militancia y la reconexión con el electorado socialista

La militancia del PSOE acaba de actuar como una toma de tierra que puede ser decisiva para que el partido recupere una interpretación de la realidad que le haga reconectar con su electorado perdido. En la depresión que siguió a la debacle de Zapatero, los socialistas perdieron la capacidad para orientarse en un entorno social que se volvió irreconocible en poco tiempo. Sumidos en un desconcierto que nunca aceptaron como tal, los referentes del partido buscaron amparo en los soliloquios intelectuales y las metáforas melancólicas que no acertaban a explicar lo que estaba sucediendo. Así, por ejemplo, sin deslindar los distintos planos operatorios, la imposibilidad de un entendimiento institucional con Podemos arruinó también el intento de entender lo que Podemos significaba como aglutinante de la desafección de antiguos votantes socialistas, del malestar de los más perjudicados por la crisis y del emergente precariado.

Para sostener su negación de la realidad atribuyeron el fracaso electoral del partido al liderazgo fallido de Pedro Sánchez y, desde un indisimulado cuestionamiento, fortalecieron el inmovilismo de Rajoy hasta provocar que un problema del PP, la búsqueda de la gobernabilidad, terminara por convertirse en la bomba interna del PSOE. Atrapados todos en el callejón sin salida del "no es no", los derrotados el domingo optaron por un derribo en apariencia controlado pero que quedará como la peor de las soluciones.

La prueba de su error se la proporcionó una militancia que trataron de infantilizar en paralelo a la patrimonialización de la historia del partido. Queda ahora por ver si la épica del renacido y la fortaleza que proporciona jugar a la contra convertirán a Sánchez en un auténtico revulsivo y en la última oportunidad del PSOE.

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