La moda representa una interesante fuente de documentación para el estudio de la vida y del comportamiento humano. El investigador debe analizar cada prenda de una forma global e inclusiva, pues cualquier ropa, tela o adorno, por basto o simple que sea, contiene información y refleja las condiciones sociales, económicas y culturales de una sociedad concreta, en un momento determinado. La moda define y posiciona, es expresión, resulta útil y va ligada en ocasiones a conceptos más trascendentales relacionados con la belleza. Además, no debemos olvidar que en nuestro país supone un importante negocio. La Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) reveló hace unos días en el informe "El diseño de moda español, en cifras", los siguientes datos: 405 millones de euros en facturación, 5.580 puestos de trabajo y casi 9 millones de prendas y complementos vendidos.
Han pasado muchos años desde el "Théâtre de la Mode" (1945), una exposición de muñecas-maniquíes vestidas de alta costura por los mejores creadores de París, que recorrió Europa y América tras la Segunda Guerra Mundial para reivindicar el papel de la capital francesa como centro internacional de la moda. Desde entonces, el interés por la moda en los museos y en otros espacios culturales de primer orden aumenta, especialmente desde los años setenta del siglo pasado y de manera más notoria y contundente desde la llegada del siglo XXI. Exposiciones que van evolucionando en contenido y en forma, desde aquellas primeras sobre vestidos de época e indumentaria tradicional, hasta los modernos montajes actuales que elevan la costura y a sus creadores al mundo del arte, acaparan la atención de los medios y atraen a numerosos visitantes.
Podemos afirmar que hoy en día todos los museos, no solo los de moda, sueñan con tener entre sus paredes exposiciones de Balenciaga (el Museo de Bellas Artes de Asturias escogió como "obra invitada" para el primer cuatrimestre de 2016 uno de sus espectaculares vestidos de noche de 1968), Christian Dior, Chanel, Armani, Yves Saint Laurent, Valentino, Alexander McQueen, Issey Miyake, Dries van Noten, Martin Margiela, Iris van Herpen...
La primera exposición sobre moda en España, diseñada bajo unos criterios científicos, fue "Moda en Sombras" (Museo del Pueblo Español -hoy Museo del Traje-. Madrid, 1991). La forma de exhibición contempló las más modernas y rigurosas técnicas de preservación de las piezas. Fue el inicio de un largo camino hasta convertir este espacio madrileño en uno de los más importantes del mundo junto a museos como Victoria and Albert Museum (Londres), Palais Galliera (París), Tassen Museum Hendrikje (Amsterdam), Bata Shoe Museum (Toronto), Museo Salvatore Ferragamo (Florencia), Mode Museum "MoMu" (Amberes), Fashion Museum (Bath), Museé Christian Dior (Granville), Museo Cristóbal Balenciaga (Guetaria), The Kyoto Costume Institute (Kioto), Fashion Institute of Technology "FIT" (Nueva York), Fashion History Museum (Ontario), Costume Institute "MET" (Nueva York), Museo del Disseny (Barcelona)...
Desde esta soberbia exposición, se realizaron en España y en Asturias otras muchas, entre las que me gustaría recordar: "Giorgio Armani" (Museo Guggenhein. Bilbao, 2001), una perspectiva temática sobre la evolución y la contribución del diseñador al mundo de la moda y a la cultura a lo largo de los últimos 25 años; "Jean Paul Gaultier. Universo de la moda: de la calle a las estrellas" (Fundación Mapfre. Madrid, 2012), que repasó los 35 años de profesión del genial creador francés; "El Arte de Cartier" (Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid, 2012), una completa selección de las mejores piezas que la propia casa Cartier ha ido recomprando a lo largo de los años; "La moda es sueño. 25 años de talento español" (Museo Cerralbo. Madrid, 2013), rindió tributo a la moda española y a los grandes creadores que contribuyen al prestigio de la Marca España; "Hubert de Givenchy" (Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid, 2015), constituyó la primera incursión del Museo en el mundo de la moda mediante un enfoque excepcional de las creaciones del couturier a lo largo de casi medio siglo; "Vísteme. De la Alta Costura al Arte" (CICA-Centro de Interpretación de Cine de Asturias. Gijón, 2010). Exposición cedida por la UIMP que mostró las tendencias de la moda de alta costura de los últimos 130 años; "Desfilando la moda. La indumentaria femenina en la colección del Muséu del Pueblu d'Asturies" (Muséu del Pueblu d'Asturies. Gijón, 2010) descubrió al público asturiano el profundo cambio sufrido por la moda y la figura femenina entre 1875 y 1975. Por último, "Del Artista, del Arte y del Territorio" (Iglesia de la Laboral. Gijón, 2016), una muestra del diseñador Miguel Marinero, inspirada en la obra "Los Cubos de la Memoria" del escultor Agustín Ibarrola.
