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Sol y sombra

Pío, pío: más alpiste

El apoyo canario al presupuesto le sale al Gobierno por un pico

Pedro Quevedo, el diputado de Nueva Canarias en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, ha dicho pío, pío, quiero más alpiste. Está dispuesto a sentarse a negociar las cuentas del Estado siempre que le llamen. No hay que extrañarse de la repentina predisposición: el alpiste del canario han sido 200 millones más del alá a cambio de apoyo presupuestario, algo que a Canarias le viene bien y al resto de las autonomías no especialmente.

Gracias al canario y otros trinos, Rajoy ha logrado sacar adelante el proyecto económico del Gobierno, y como sucedió en otras ocasiones, dependiendo del voto nacionalista, a los demás españoles la supervivencia de la legislatura nos está saliendo por un pico. Primero fueron los vascos, a los que ya estábamos aconstumbrados, y ahora los canarios. Y no se acaba aquí: hay que esperar a ver en qué sueño de codicia desemboca la demencia independentista catalana para averiguar cuántos millones de euros más se requieren para obtener una nueva tregua en la difícil convivencia territorial.

Las legislaturas renqueantes tienen un coste muy elevado en este país. Esta vez el precio ronda los 11.500 millones. Subliminalmente supongo, hasta el propio Rajoy votó no, por error, al oneroso parto del presupuesto. Luego vendrá Montoro con la rebaja y los españoles, en general, lo pagaremos con el sudor de nuestras frentes.

Pedro Quevedo no es Francisco de Quevedo y Villegas. Sin embargo, ha querido por un momento, en el río revuelto, convertirse en la amante del caballero de la Tenaza, que busca sacarle dinero por cualquier medio. Con la ventaja, a favor del canario, de que en este caso no hay tenaza en el caballero y sí necesidad.

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