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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La feria de la mordida

Luchan las romerías por sobrevivir mientras vergonzosos cobros se negocian en vinotecas

Triste Asturias de verbena, a cuenta de la voracidad recaudatoria de la SGAE en el cobro del canon de unas romerías que salen más caras que el concierto de Tesla en El Molinón, y que, a lo peor, tendrán que suspenderse, como el fallido sinfónico de marras, por previos impagados. No piensen que está cogida con alfileres la comparación: después de todo, un espectáculo musical sobre el césped del estadio es una fiesta de prao sin barra kilométrica de "cacharros".

Verbena permanente esta región de rinconetes y cortadillos cortados por el patrón de la picaresca. Sólo así se explica que el bar de Pola de Lena donde supuestamente se cobraban las mordidas del geriátrico de Felechosa organice cada año una versión montañesa de la Feria de Abril. ¿Se imaginan a los receptores del reparto fraudulento del 8 por ciento yendo a cobrar el sobre o el maletín a "La Cava", de incógnito y con sombrero de ala ancha, traje campero de alpaca, fajín, tirantes y chaquetilla marsellés, en una calesa arrastrada por mula torda como la del trenista de primera del cantar de "Nuberu", que tira más que un benzol?

¿Los imaginan a todos ellos entre farolillos y faralaes, arrancándose por sevillanas, mírala cara a cara que es la primera, regando con manzanilla platos de adobo y pijota, rodeados de majas andaluzas con vestidos de volantes alquilados en Oviedo?

Viva la feria de la mordida. Qué tapadera tan kitsch, hincar el diente en una vinoteca donde se sirven caldos de gallina y chocolate con churros ente riojas, toros, riberas y albariños.

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