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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Dos formas de escupir

La moción de censura contra Rajoy, en clave de combate de boxeo o de "pressing catch"

Qué emoción de moción de censura la de ayer, celebrada en un hemiciclo reconvertido en cuadrilátero del todos contra uno, como en esas peleas de "pressing catch" en las que tres o cuatro montañas de sebo se ensañan con el que porta el cinturón de campeonísimo.

A decir verdad, la Dolores Ibárruri del Parlamento español 2.0 se empleó a fondo a la hora de encadenar, con la contundencia machacona de un Rocky Marciano, la retahíla de corruptelas atribuidas al Partido Popular. Se ve que Irene Montero no lleva protector bucal aunque hable por la boca de Pablo Iglesias, que desde el rincón optó por una fajadora para agotar a Rajoy en el primer asalto de un combate televisado que ya sabemos que va a acabar en nulo por muchos guantazos que el titular reciba por el flanco de la izquierda. Ni con una herradura escondida en el guante pudo Montero derribar al presidente del Gobierno. Ya se sabe que el gallego pone la mejilla, se encomienda a la Virgen de los Desamparados y aguanta el crochet con la resignación crepuscular de un Jake LaMotta, sacando provecho de su cara dura de esfinge de hormigón armado.

Rajoy esquivó el cuerpo a cuerpo y prefirió el diccionario de antónimos y sinónimos, que a veces resulta más contundente que una ensalada de puños. Para el agredido, la moción fue "chusca, pintoresca y paródica". Y las acusaciones de corrupción, "calumnias, infundios, habladurías, fantasías, embustes y bulos". Ya saben ustedes, amigos, que la política y el boxeo son dos formas distintas de escupir.

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