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A dieta en Estados Unidos

Lo que se puede sacar en claro de una visita a un mercado norteamericano

El mes pasado, en un mercado de Salem (Oregón) me encontraba en el corredor donde venden productos para el desayuno y, en vista de que no tenía mucho tiempo, tomé la primera caja de cereales que se encontraba ante mi vista y la puse en mi canasta de compras.

Después comencé a buscar infusiones de té verde, pero no tuve la oportunidad de escoger. No me había dado cuenta de que estaba siendo observado.

Una dama de aspecto políticamente correcto, es decir, llenita, pálida, "just plain", con el pelo en cerquillo y esplendorosas faldas de color "blue jean" ocultando los zapatos, me indicó:

-No, eso no es lo que usted va a comprar -y cortés, pero decidida, sacó la caja de cereales de mi canasta y la volvió a su sitio.

-¿Se ha fijado en el contenido de fibra dietética?

Este cereal solamente va a proporcionarle 6 por cucharada sopera. En cambio el salvado con pasas le ofrece 28 y es lo que usted va a comprar -añadió poniendo el producto entre mis compras.

En vista de que no me gusta contradecir a las damas, le agradecí el consejo y, con la canasta a la mano, me dirigí hacia la zona de frutas.

-No se olvide de beber 16 vasos de agua al día para que aproveche la fibra dietética -clamó la señora mientras desaparecía. Y ya estaba llegando a las frutas cuando un gringo de intensas barbas, un "hippie" de 60 años, me hizo un gesto negativo con el dedo.

-¿Qué piensa usted hacer? ¿Quiere usted repletarse de carbohidratos?... ¿Uno de los escasos hombres sin panza que se ven aquí aspira a inflarse hasta reventar? ¿Está usted loco o quiere salir de su casa dando saltos como una pelota.

Le expliqué que consumo cereales con fibra para evitar el colesterol y las enfermedades cardiacas y que, por esa misma razón, no fumo, no bebo café, hago natación y otros ejercicios por lo menos dos horas al día.

-Okay, okay -aprobó mi interlocutor-. Pero -añadió- nada de eso sirve sin la dieta Atkins. Y la dieta Atkins significa reducir a cero sus carbohidratos -me explicó mientras amablemente tomaba la caja de cereales y la devolvía a su lugar de origen.

Me disculpé porque no tenía tiempo y me fui a comprar unas cajas de jugo de naranja que se encontraban en los anaqueles de enfrente.

-Usted no va a suicidarse ingiriendo disacáridos.

-Pero, lea usted. Es hecho a base de naranjas orgánicas. Además, contiene vitamina C, potasio, ácido fólico y antioxidantes.

-Eso está prohibido en la dieta Atkins, y usted no lo va a comprar.

Le agradecí por el consejo, y él replicó que era su deber auxiliar a personas en peligro.

-Usted haría lo mismo si alguien quiere saltar por la ventana de un edificio.

Entonces, fui en busca de los alimentos ricos en proteínas que no tuvieran carbohidratos, ni grasas saturadas, pero apenas llegué a los expendios de pescado, un señor muy rojo con el pelo adornado por una colita de caballo, me explicó que todo lo que venía del mar estaba contaminado con plomo y aluminio.

-Usted no quiere precipitar un alzhéimer, ¿no es cierto?

Al final de mi paseo, lo único que había podido comprar fue una cabeza de col a la que mis buenos samaritanos no encontraron mayores problemas. Sin embargo, al pasar por la caja, la cobradora me preguntó:

-¿Paper or plastic?...

Y la verdad es que no supe qué responder. Pagué y me llevé la col en las manos. Si pedía una bolsa de papel, es posible que alguien me reprobara por estar malgastando los árboles. Si reclamaba una de plástico, me habrían dicho que es un contaminante indestructible. A partir de este momento, solamente comeré col en el desayuno, el almuerzo y la cena, y seré aplastado por un problema metafísico: "Paper or plastic?".

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