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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Mentiras de la posverdad

Reflexiones sobre la reciente visita del periodista Bob Woodward a España

La posverdad es una gran mentira. No resulta incierto que los políticos mienten, evidencia reconocible desde los tiempos de los Borgia y Maquiavelo; o sea, que la falsedad como escudo defensivo del poder es una vieja arma, y legendaria. Sólo se ha cambiado el nombre de la palabreja: hasta hace poco a ese afán de ocultamiento de la verdad mediante verdades a medias o manipuladas lo llamábamos intoxicación.

Bob Woodward, el mítico periodista del "Post" que destapó el "Watergate" con Bernstein, acaba de pasar por España y dejó ciertas píldoras interesantes para la reflexión, como que la posverdad no la ha inventado Trump, de quien contó que un psiquiatra le aseguró, al pasarle la transcripción de una entrevista, que se trataba de uno de los casos más claros de trastorno narcisista que había visto a lo largo de su carrera profesional. La posverdad, o sea, la mentira institucional y la trampa obscena, ya la practicaba Nixon, de lo cual sabe mucho Woodward, que le dio para un "best seller" y para una película que hemos visionado mil veces todos los periodistas.

El problema de la posverdad -o sea, el problema de que Trump esté a los mandos del bólido más potente del planeta- es que da miedo. Que te teman cuando eres presidente de Estados Unidos no es malo, si se mira con la vista puesta en Corea del Norte, por ejemplo. También contó el mítico periodista en su reciente visita que David Cameron le dijo en una ocasión que Obama "me gusta, es inteligente, pero nadie le teme". Obama era todo candor, sin embargo, Trump apunta al pánico. Y eso es una verdad irrefutable.

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