La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una maravillosa propuesta

La conveniencia de alejar el tráfico de los monumentos del Naranco

Me imagino, a la vista del tiempo transcurrido, a las arañas que hayan criado alrededor de documentos, legajos y planes para salvaguardar el Prerrománico Asturiano con unas patas de cinco metros de largo, tragadero de diplodocus y, en lugar de pacíficas telas para capturar insectos, fabricando mantas para Ikea.

No es broma; ya en 1960 el arquitecto conservador Luis Menéndez Pidal clamaba por una nueva carretera al Naranco alejada de Santa María y San Miguel de Liño. En diciembre de 1968, nuestro recordado cronista de Asturias, Joaquín Manzanares, envió como regalo de Navidad a su amigo Manuel Cueto Guisasola, concejal del Ayuntamiento de Oviedo, para que por mediación de este fuese elevada a Pleno, una "Propuesta de parque municipal del Naranco", con el subtítulo: "Conservemos dignamente los monumentos del Naranco". Entre otras muchas razones proponía la construcción de una variante que desviase el tráfico de dichos edificios. De nuevo en 1986, llovía sobre mojado, se intentó una nueva circunvalación, un hecho que figura en el Plan Director del Prerrománico, elaborado en 2006 por Antón Capitel y Fernando Nanclares, por supuesto, sin olvidarnos del estudio de Ramón Fernández-Rañada.

Fuimos muchos los que alzamos la voz para reclamar un trato acorde con la importancia de dichas "joyas" a los gobiernos estatal, autonómico y local y a la postre fue como clamar en el desierto, pedir peras al olmo o dialogar con un muro. Este humilde servidor ha publicado un sinnúmero de artículos, en estas mismas páginas, suplicando atención y remedio al cutrerío, dejadez y cochambroso estado del entorno prerrománico. ¿Qué hemos obtenido por respuesta? ¡Nada y, a la vez, tomadura de pelo con presupuestos ridículos!

Hace escasos días, en el acto de clausura de las conferencias sobre el monte Naranco, organizadas por el RIDEA, tuve ocasión de preguntar al concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo, por el nefasto entorno y sus posibles soluciones.

Viene de la página anterior

Pasa a la página siguiente

Supongo que ya lo sabría y que por las razones que fuesen prefirió callarse la buena nueva. Claro que, como bien dice el refrán, no hay secreto que cien años dure, una semana después abro LA NUEVA ESPAÑA y me encuentro con una noticia maravillosa: "Oviedo desviará el tráfico en el Naranco para proteger sus joyas prerrománicas". ¡Al fin, albricias! Lo que todos deseábamos escuchar y por lo que tanto suspirábamos. Parece que ahora va en serio, dos administraciones, local y autonómica, se han puesto de acuerdo para trabajar y crear un plan especial del entorno monumental del Naranco.

Si a todas luces es imprescindible alejar la circulación de vehículos, otro tanto ocurre con la recuperación de sus inmediaciones: rehabilitación de la fuente de Sánchez del Río, eliminar los tejados derrumbados al sur de Santa María, restaurar o demoler la antigua casa rectoral, sustituir las plantaciones de eucaliptos por árboles autóctonos, eliminar torres y líneas de alta tensión?, temas, supongo, que estarán previstos en el nuevo plan de protección del Prerrománico asturiano propuesto por el Ayuntamiento de Oviedo. Mientras esto se lleva a cabo, para reducir sensiblemente el tráfico por el Naranco, en un autobús que parta del centro de la ciudad varias veces al día, organicen visitas guiadas a todos los monumentos prerrománicos del concejo. Se llenaría.

¿Qué quieren que les diga de tan ambicioso objetivo? Que enhorabuena y reconocimiento a todos los que hicieron posible el consenso, en particular a Ignacio Fernández del Páramo, y felicidades a Oviedo y los ovetenses. Aunque también solicito, aunque sea para el siguiente envite, el cierre hermético de su perímetro y la consiguiente vigilancia las 24 horas del día; acceso controlado, cobrando la entrada al recinto y con derecho a una explicación guiada. Todo esto proporcionaría ingresos, puestos de trabajo y, sobremanera, protección a nuestro inigualable Patrimonio de la Humanidad.

El 26 de setiembre pasado, en el artículo titulado "El Prerrománico al alcance de los imbéciles", finalizaba así: "Lo que hay que hacer es coger el toro por los cuernos y blindar, de una vez por todas, nuestro preciado arte ramirense. Si algún presidente (a) de nuestra comunidad, alcalde o alcaldesa, concejal (a) lo consigue propongo levantarle una estatua a la puerta del Teatro Campoamor". Esto sigue en pie y, además, si todo ello se hace realidad cuenten con mi voto a perpetuidad.

Compartir el artículo

stats