Hoy viene a Gijón el Ministro con las rebajas, que también en Fomento adelantan los saldos, como en las tiendas de confecciones, sin aguardar al arranque de ventas especiales del 1 de julio. ¿Llegará con retales bajo el brazo? ¿Avanzará el patrón o sólo mostrará el corte?
Decimos Ministro, sin especificar apellido, porque en estos momentos para Gijón no existe otro titular de cartera gubernamental que Íñigo de la Serna. Para esta ciudad es el Ministro por antonomasia, el que tiene que resolver, con generosidad máxima si cabe, la financiación del plan de vías. ¿Acaso miento? ¿Alguien conoce en la villa al titular de Asuntos Exteriores? Pregunten su nombre y ya verán cómo bien pocos saben en Gijón que responde por Alfonso María Dastis Quecedo. Y ni falta que hace, si aquí ya tenemos nuestro propio departamento de Asuntos Extranjeros, enfrascado en resolver problemas en Israel, Palestina, Venezuela o Colombia antes que ocuparse de lo que ocurre en La Arena, Jove o El Llano.
¿Y la de Sanidad y Servicios Sociales, cómo se llama? Dudo que conozcan su nombre los receptores gijoneses de la renta social, que no identifican a estas alturas ni a la concejala del ramo...
Aguardamos con interés qué propuesta trae el Ministro para la nueva temporada; si un modelo de alta costura o un traje con remiendos que nos dejará planchados. Lo que sí sabemos es que mientras los señores munícipes se empeñen en jugar a galgos y a podencos y sigan demorando ponerse de acuerdo en dónde ubicar la estación intermodal y si hay que soterrar o construir en superficie; mientras eso no ocurra, De la Serna no se esmerará en el corte. Salvo que sea de mangas.
