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Carmen Pérez Novo

Tener hijos en la actualidad

Cuánto, y de que forma tan rápida, han cambiado las cosas en nuestro entorno, en determinados aspectos de la vida. Uno de ellos, es el relacionado con la función reproductiva del sexo. Hace tan solo unos años, se decía que los hijos son una consecuencia de las relaciones sexuales. Hoy, sin embargo, la descendencia se cuida y planifica, en función del futuro económico y de la trascendencia que tiene dar a luz a una persona. No somos animales que se aparean movidos por las fuerzas del impulso sexual. Somos personas que engendramos personas.

Ahora bien, ¿cual es el resultado negativo de toda esta programación? Pues, -si además lo unimos al incremento del número de abortos-, un descenso importante de la natalidad. Y lo más curioso de todo, es que el mayor número de interrupciones voluntarias del embarazo, se producen entre adultas, laboralmente activas, solteras, que conviven con sus parejas ¿Y cual es el principal condicionante? El puesto de trabajo.

Y eso, la verdad, suena muy fuerte, porque, abortar es una experiencia traumática, que deja cicatrices de por vida en muchas mujeres. Por eso, ¿qué es lo que estamos haciendo mal, para que tantas hayan tenido que enfrentarse a la terrible elección, trabajo o maternidad, cuando un hijo crecía en sus entrañas?

Sin duda es muy difícil compaginar la exigencia de la vida laboral y la maternidad. Porque hay que ser multidimensional para poder amar, superar dificultades, dar la vida, apasionarse y disfrutar con las pequeñas cosas, educar a los hijos, vivir para los demás, atender a los mayores y trabajar fuera del hogar. Se necesita una gran mujer para llevar todo esto a cabo. Pero, sacrificar un hijo para salvar el puesto laboral?

Si de verdad España es un país que funciona bastante bien, con acceso a la información sexual y a todo tipo de contraceptivos, y con un mercado de trabajo regulado por leyes, choca que tantas mujeres adultas hayan recurrido al aborto ¿Nos estaremos acostumbrando a la interrupción voluntaria del embarazo como algo natural? O quizás se sumen otros factores como excesiva comodidad, deficiente formación sexual en adultos, padres que se lavan las manos y quieren poner tierra de por medio, jefes desaprensivos o cansados de tanta abstención laboral durante el período gestacional...

No sé qué opinarán ustedes, pero parece que estos datos deberían invitarnos a reflexionar, sobre algo que suena ya como un serio fracaso individual y colectivo.

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