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Sol y sombra

La izquierda, un solo frente

El PSOE renuncia a distinguirse de Podemos para hacer oposición

Pedro Sánchez ha puesto en marcha el plan que le contó a Évole en aquella cafetería tras haber salido por la chimenea en Ferraz y cuando casi nadie daba un duro por él. Como recordarán, consistía en entenderse con Podemos. Anteayer el entendimiento terminó de fraguarse durante una escenificación en el despacho de Margarita Robles. Y el amor volvió a fluir.

La partitura es una especie de agenda común para enfrentarse a los populares e ir perfilando el camino para desalojar a Rajoy de la Moncloa. Para empezar a escribirla, Pedro tuvo que hacerle un par de arrumacos a Pablo, el primero de ellos llegó con la España plurinacional y el segundo con la abstención socialista en el tratado libre de comercio entre la UE y Canadá.

Las dos fuerzas de la izquierda, obligadas a entenderse y condenadas a fagocitarse, parece que han decidido establecer un planteamiento común frente al Gobierno en vez de distinguirse ejerciendo la oposición. En ese tipo de estrategia conjunta, es más fácil pensar que pueda ser Iglesias quien se lleve el gato al agua y marque la agenda que el PSOE de Sánchez, decidido a radicalizarse para ofrecer una nueva imagen ante el electorado y así contrarrestar el ímpetu populista de Podemos pareciéndose cada día un poco más a él.

Hay más convencidos de que será Pablo el que le diga a Pedro sobre esta piedra edificaré mi Iglesias. Que de lo contrario. Parece más avispado el primero que el segundo, pero Sánchez, como ha demostrado, es un ser pétreo, rocoso, difícil de doblegar y lo suficientemente empecinado para enfrentarse a la adversidad. Aún es pronto para saber a dónde nos lleva esto.

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