La Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia), ubicada en terrenos expropiados a los vecinos de San Andrés de los Tacones, se encuentra en una situación económica que amenaza con llevarla a la quiebra. Esta sociedad de capital público que se constituyó en 2005 y en la que participan la administración regional, el Puerto de Gijón, la Autoridad Portuaria de Avilés y los ayuntamientos gijonés y avilesino, tenía el ambicioso encargo de llevar a buen fin una de los grandes iniciativas estratégicas de la región: posicionar al Principado como eje fundamental del Arco Atlántico mediante el impulso de la actividad logística como factor de competitividad. Pasada más de una década de la constitución de la sociedad, la Zalia se encuentra al borde del preconcurso de acreedores, si las socios que la conforman no logran evitarlo.

Esta misma semana, la sociedad logística salvó sobre la campana el riesgo inminente de verse inmersa en disolución. A última hora consiguió alcanzar un acuerdo con uno de los propietarios de San Andrés al que la justicia ordinaria le dio la razón en la cantidad a cobrar por los terrenos expropiados. La Zalia, que carece de liquidez, le adeuda 780.000 euros más intereses. El abono de una parte de esa cantidad evitó que el demandante exigiera la ejecución de la sentencia a su favor. Lo que se ha hecho es retrasar el problema, ya que la sociedad tiene hasta finales de diciembre para liquidar el resto de la deuda.

Ganar tiempo no es la solución, después de que la Administración regional rechazara avalar un crédito bancario por valor de 1,8 millones de euros para hacer frente a otra sentencia por las polémicas expropiaciones realizadas. Tampoco surtió efecto otra fórmula urgente de financiación: la de que los puertos de Gijón y Avilés adquieran parcelas del suelo expropiado a cambio de dos millones de euros. Puertos del Estado vetó esa operación, poniendo a la Zalia contra las cuerdas.

Situaciones así se dan cuando las casas se inician por el tejado. La que iba a ser la gran plataforma logística regional no dispone aún de los accesos necesarios para enlazar con la red de carreteras de alta capacidad y con el puerto de El Musel. Justo esta mañana se desplaza el ministro de Fomento a Asturias a poner, por fin, la primera piedra de los accesos El Musel en el tramo del enlace de Lloreda.

Cabría preguntarse qué empresas van a adquirir parcelas para instalarse en un espacio pésimamente comunicado por carretera y tren o cómo puede ser rentable el almacenamiento de mercancías en unos terrenos de difícil acceso. Son preguntas que los poderes públicos habrán de responder, a la vista del enésimo fracaso de una operación que iba a situar a Asturias en lugar preferente dentro del Arco Atlántico y que sin embargo a día de hoy se encuentra en riesgo de liquidación.