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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Gijón y sus limitaciones

El plan de vías parece que arranca, tras años de promesas baldías y frecuentes dilaciones

¿Con qué limita Gijón al Norte? Hasta ayer mismo las limitaciones al proyecto ferroviario lleno de demoras y explícitamente difuso se encontraban, en primer lugar, en una incorrecta planificación. La burbuja estalló y se llevó por delante la ingeniería financiera que iba a sufragar el coste de la estación intermodal. Ni una sola de las parcelas puestas a la venta, sobre cuyas plusvalías estaba previsto edificar la actuación urbanística, ha encontrado comprador, porque los precios de los años locos de la tiranía del ladrillo no son a día de hoy competitivos. Nadie compra solares, con todos los que acumula en barbecho el "banco malo".

La otra limitación, tan grave como la de los dineros, la pusieron las instituciones implicadas, incapaces durante años de llegar a un acuerdo que permitiera arrancar la obra. De esa impericia local, de esa discusión peregrina de galgos y podencos se aprovecharon los distintos titulares de la cartera de Fomento, que sólo puso buenas palabras pero ni un euro de las cuentas estatales mientras en Gijón tirios y troyanos seguían enzarzándose sobre si la estación había que construirla aquí o allá; si bajo tierra, a ras de suelo o por los aires.

Parece que, por fin, el nuevo titular del Ministerio inversor ejerce de desatascador, como si fuera el Don Limpio de las miserias de una ciudad que por no ponerse de acuerdo en lo esencial, por enredarse en lo superfluo, ve pasar trenes de largo desde un andén imaginario, y donde no se perciben más estaciones que las que cuentan los meses del año de tres en tres, y a veces ni ésas, cuando a los gijoneses nos falta un verano.

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