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Con vistas al Naranco

Tusell y el "Guernica" recobrado

Sobre el libro de Genoveva Tusell, hija de Javier, el recuperador para España del "Guernica"

Mucho antes de su nombramiento para Bellas Artes me introdujo en Javier Tusell el hoy catedrático de Historia Contemporánea José Girón, serio especialista en los procesos electorales de la antigua monarquía constitucional y la II República. Incluso primero seguí los devaneos de Tusell con la democracia cristiana europea y sus tempranos dos tomos sobre el origen del Frente Popular, cuyas pioneras investigaciones valoraba Tuñón de Lara desde la Universidad francesa de Pau. Por otra parte, soy de los españoles que tuvieron la oportunidad de admirar el "Guernica" en el Moma neoyorquino.

Cuando Tusell accede a la Dirección General con UCD pensé para mí que se merecía el Ministerio, pero estaba seguro de que prepararía una acción importante, lo que a todas luces es esa emblemática traída transoceánica del Picasso. En aquel tiempo conocí personalmente al ya director general en un almuerzo en Gijón, invitado por Manuel Fernández Miranda, sobrino de Torcuato, miembro de su equipo, uno de los intelectuales que, desde dentro de la Administración, lucharon por el triunfo de Felipe González en 1982.

La hija de Tusell escribe un libro necesario y muy aclaratorio. No menciona a Manolo, del que probablemente no haya traza documental, ni a Nines Arenillas, que estuvo muy al tanto, a los que traté, pero sí a otros intervinientes con los que platiqué por motivos varios, el conservador Cabrera, Amaro G. Mesa, Paloma Picasso, Ana Beristain, mujer del muy ovetense Juan de la Rúa, y el fallecido José María Moreno Galván, además de un montón de políticos de la época.

El relato es minucioso y apasionante. Como aportaciones, sin el menor ánimo de crítica, debo señalar dos datos ausentes y una errata importante:

-Se cita a Miguel García (de) Sáez como comisario del pabellón español en la Exposición de Nueva York, pero se omite la entrevista que pidió a Franco para darle cuenta de que habría llegado el momento de solicitar el "Guernica", pretensión que, según las noticias que me dio el historiador Gonzalo Anes, habría zanjado el dictador con su habitual laconismo de fácil interpretación: "¿Y usted, García de Sáez, piensa que en España se va a autorizar?". Probablemente no exista documentación, única fuente válida para un trabajo tan riguroso (rigoroso, diría Ortega).

-Hay amplias referencias al archivo del histórico socialista Luis Araquistain, embajador que fue de la República en París, y de su hijo Ramón/Frinki (¿no era Finki?). Ha de ser errata. No obstante, creo recordar que alguno de los documentos se falsificó. Se trataba de simple documentación coadyuvante que no habría afectado a la propiedad del Estado español ni a la expresión de la voluntad del artista a que su cuadro estuviera en el Prado. Genoveva tuvo que saberlo, sin merecer ese carácter de rigor a que me refería.

Por cierto, bien se conoce el definitivo traslado al Reina Sofía, contra el que se manifestó, dentro del Patronato del Prado, el gran asturiano de oriundez Plácido Arango. A no olvidar tampoco, en el mecenazgo del arte, Rodrigo Uría Meruéndano, Medalla de Oro de Asturias 2007.

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