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Joaquín Rábago

Airbnb, un negocio cada vez más en manos de profesionales

Se presentó en un principio como una plataforma donde los particulares podían ofrecer a los visitantes algún espacio en sus viviendas y conseguir así algún dinero extra en esta época de precariedad laboral.

Pero, como era de temer, Airbnb, fundada en 2008 en San Francisco por tres avispados individuos, se ha convertido en un negocio que está cada vez más en manos de profesionales.

Lo demuestra un estudio llevado a cabo por el diario alemán "Süddeutschezeitung" junto a otros periódicos de Francia, Bélgica y Holanda.

Sólo en Berlín hay registradas oficialmente en esa plataforma más de 38.500 camas frente a un total de 139.000 plazas de oferta hotelera.

Ya apenas se comparten habitaciones como podía ocurrir al principio, sino que en un 40 por ciento de los casos el huésped dispone de un cuarto independiente dentro de la vivienda.

Pero el grueso del negocio de Airbnb, con un 58 por ciento del total, lo representa el alquiler de un apartamento completo. De forma que, como señala el diario muniqués, Airbnb se ha convertido en un competidor global de las cadenas hoteleras y de otras plataformas especializadas en reservas como Booking.com.

Y todo ello para irritación de los vecinos de muchas ciudades, que ven subir o bajar por las escaleras a gente muchas veces ruidosa y cargada de maletas a la que no han visto antes ni volverán seguramente a ver nunca más.

En vista de ese nuevo fenómeno turístico, los gobiernos municipales han empezado a tomar medidas para evitar abusos y regularlo en la medida de lo posible de forma que, entre otras cosas, no se eluda el pago de impuestos.

Así, por ejemplo, en Hamburgo, a los particulares sólo se les permite alquilar la mitad de su vivienda durante un año o la totalidad de la misma durante un máximo de medio año.

Airbnb se desentiende de las críticas a su modelo de negocio y argumenta que son quienes alquilan sus viviendas los únicos responsables de cumplir las reglas.

Y aunque los directivos de la plataforma explican que sólo en las zonas turísticas se trabaja con profesionales de esa industria, los datos obtenidos por el diario lo desmienten.

Así, aproximadamente el 18 por ciento de las viviendas que se ofrecen en las diez mayores ciudades de Alemania son propiedad de alguien que dispone al menos de otra más. Y hay quien tiene simultáneamente diez o más viviendas en oferta.

Airbnb trata de atraer cada vez más a los profesionales y en su portal hay un instrumento que permite a los interesados calcular cuánto pueden ganar por el alquiler de sus viviendas: así en Berlín pueden pedirse hasta 632 euros a la semana por el alojamiento en condiciones de cuatro personas.

Mientras tanto, al socaire de Airbnb han surgido "start-ups" que por una comisión del 25 por ciento ofrecen a quien desea arrendar su vivienda todo lo que necesita: desde poner el anuncio hasta la entrega y recogida de las llaves o la limpieza del apartamento tras la salida de los huéspedes. Como se ve, todo un negocio.

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