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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Con el culo al aire

Existe copiosa literatura sobre los órganos sexuales y acerca de las partes más reservadas a la vista general de la anatomía humana. Apollinaire, en "Las once mil vergas", obra que pululó en secreto por los salones y los cenáculos del París de la época, es buen ejemplo, una narración de la que se dijo que "deja muy atrás las obras más escandalosas del divino marqués", en alusión al libidinoso de Sade.

Ramón Gómez de la Serna publicó "Senos" a principios del pasado siglo. De los pechos femeninos escribió el campeón del aforismo que son "las únicas boyas flotantes cuando nos vamos a la deriva". O "las dos grandes lágrimas que llora la belleza por ser tan efímera".

Décadas después, un juvenil Juan Manuel de Prada saltó a la fama por "Coños", una pieza insólita y casi clandestina publicada en Salamanca en la que el autor zamorano describía, en ligeros relatos, medio centenar de vulvas femeninas: el coño de la trapecista, el coño de las viudas, el de una siberiana, el de la tenista...

En la memoria de esas lecturas nos encontrábamos cuando saltan a la palestra ciertos culos de Gijón, nalgas de socorristas que han hecho desbordar ríos de tinta y provocado ruido y jaleo impetuoso en las redes sociales. Primero fueron ellas, las chicas del servicio de salvamento, que sin pretenderlo se vieron de espaldas a la polémica por culpa de salva sea la parte. Y después ellos, los chicos, que por solidaridad con sus compañeras y corporativismo mostraron en anónima fotografía sus benditas posaderas. Y otra vez las redes llenas de besugos, en copiosa pesca de arrastre.

Tal vez el concejal Aparicio debería plantearse ya tomarle a alguien la matrícula, si no quiere quedar con el culo al aire.

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