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Clave de sol

Las noticias estimulantes

El raro prestigio del negativismo

Aseguro a quien me haga el honor de prestar atención a esta columnita suplente de verano que la intención primera de su autor es no cargar las tintas del negativismo casi generalizado que nos aflige. Es verdad que el mes que ya va de caída ha mostrado su cara amable con los muchos jolgorios festeros y jornadas de distensión propias del tiempo, pero otras dimensiones vitales nos esperan en setiembre.

Siempre se dijo, por lo menos en esta profesión, que una buena noticia no es noticia. Aseguro que eso no es verdad. No niego el prestigio de lo negativo, aunque no sea más que para depararnos la ocasión de celebrar que el problema no nos afecta. Pero nunca más necesitados que ahora de nuevas positivas por ese raro prestigio del pesimismo a ultranza.

Hoy la última noticia está al alcance de cualquiera a cualquier hora y en cualquier lugar a través de los medios tecnológicos. Pero precisamente ese soporte eficaz y rapidísimo tiene el inconveniente de su indispensable brevedad nacida de su propia instantaneidad. La información electrónica, como los titulares de prensa, suponen siempre una simplificación -a veces, entre adverbios y adjetivos, más intencionada que informativa- que, para su correcta comprensión, necesita ser complementada con respuestas a sus por qué, dónde, cuándo, cómo y documentada con sus antecedentes.

Puede que haya ido un poco lejos para llegar a dónde quería. Y es a la curiosa y buena noticia de ayer según la cual una mujer española de extracción modesta, que fue analfabeta hasta avanzada edad, ha superado brillantemente, ¡a los 92 años!, sus tres licenciaturas universitarias. ¿No es estimulante?

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