Muy reveladoras las declaraciones de la poeta y guionista de cine Lola Salvador que el domingo publicaba nuestro periódico. Me han interesado sus recuerdos de la película de Pilar Miró "El crimen de Cuenca", en la que fue coguionista con Juan José Porto hace 38 años.
En diciembre de 1979, José María Olona, entonces director de Radio Nacional en Cuenca -después lo fue en Oviedo- y este escribidor, responsable del diario de la localidad, fuimos invitados a a la proyección privada de la cinta en los estudios madrileños de la productora.
Allí estaba el empresario, no recuerdo su nombre, Pilar Miró, la directora, Porto y Lola Salvador. Al final comentamos nuestro crítico parecer y nos tomamos unos whiskys. Llegamos de vuelta a la una de la madrugada y uno escribió un comentario, que salió al día siguiente, del que son estas líneas:
"Es ésta una cinta de buenos y malos (...) con tan brutales torturas que la mitad bastaría para matar un caballo (...). Buena fotografía, mejor interpretación y un guión discutible sirven a una postura ideológica y a unos intereses comerciales a los que beneficiará la polémica que la película va a suscitar. El espectador se ve sometido a un empacho de brutalidad. (...) No es en Cuenca donde más puede ofender, sino a la Guardia Civil".
No quito una coma. La sangrienta salsa de tomate "salía" de la pantalla. Un juez cruel, unos guardias civiles inhumanos, un cura colaboracionista y un diputado que nunca existió componían un alegato político muy claro. Este punto de vista, compartido con Olona, sentó muy mal a Pilar, que nos puso a parir en un diario madrileño. Gajes del oficio.
