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Clave de sol

Esta tarde en Barcelona

Y una opinión arriesgada sobre la presencia del Rey

La manifestación de esta tarde en Barcelona promete batir todos los retos de asistencia, de medidas de seguridad, de heterogeneidad de participantes y de repercusión mundial. La ocasión no podía ser desaprovechada por el independentismo que, frente al exceso de discreción del Gobierno de España -yo diría que rayano en el abandonismo-, capitalizará la ocasión a tope.

La organización corre a cargo de la Generalidad y el Ayuntamiento. El lema es significativamente en catalán y notablemente bien pensado en tres sílabas rotundas: "No tinc por" (No tengo miedo), tres monosílabos que componen un eslogan discutible. La bandera de España será seguramente postergada. Y el Rey, Rajoy y su Gobierno no será difícil que se diluyan en la masa popular.

La televisión oficial en Cataluña, TV3, transmitirá los actos en exclusiva al mundo entero. Una ocasión de oro que se supone capitalizará el catalanismo galopante, verdadero protagonista de fondo. Falta saber el papel asignado a las máximas representaciones del Estado Español, si es que tendrán alguno, y el contenido del manifiesto que será leído en la Plaza de Cataluña.

Me queda expresar una opinión, siempre con temor de errar, sobre la presencia del Rey en la manifestación. Va el comentarista en esto claramente contra corriente, a tenor de las encuestas. El Rey encarna el símbolo máximo de la soberanía en España, pero su arriesgada participación en un papel testimonial y secundario será como un signo de debilidad, incluso de consideración al particularismo rampante que ostentará la manifestación.

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