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Clave de sol

Un año jubilar en Covadonga

El real sitio recupera su tirón emocional

Hacía mucho tiempo que no escuchábamos una antigua jaculatoria que pudo tener su origen en las angustias de la Guerra Civil y se conservaba al final de los inacabables rosarios domésticos de la primera posguerra: "Madre mía de Covadonga, salvadnos y salvad a España". Literal, así se repitió el otro día en mi parroquia, y por triplicado.

Covadonga con su Virgen fue siempre un fuerte punto de referencia de fe y de asturianismo, hasta para gente no especialmente religiosa. Aquí mismo tengo contado el caso, no único y absolutamente cierto, de un operario de mediana edad que hizo en casa unas reparaciones, quien confesaba no creer en Dios pero sí en la Virgen de Covadonga. Por eso, todos los años iba al Santuario para rezar después de subir las escaleras de la Cueva ¡de rodillas! Tal cual.

Hoy comienzan los actos del anunciado Año Jubilar "como referente de la Cristiandad y del compromiso social", según el arzobispo y el nuevo abad Adolfo Mariño. Y lo hará con una nutrida programación de actos religiosos, culturales y sociales. Entre ellos, el estreno de una misa del compositor Guillermo Martínez que cantará Tina Gutiérrez.

Covadonga recupera así el tirón emocional que siempre tuvo. También turístico. Hace casi siglo y medio, ya Francisco Navarro Villoslada reflejaba en su libro "Amaya", con acentos épicos, la histórica batalla del Sitio: "Tarik lleva consigo numerosos godos traidores mandados por don Opas, obispo de Sevilla. Pelayo con sus huestes los espera. Los guerreros astures invocan a la Madre de Dios (?) ".

Lo demás ya se sabe. Va de dos obispos: entre don Opas y don Jesús Sanz.

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