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Clave de sol

Los festejos, de ayer a hoy

Una tentación en la que los mayores no debemos caer

Quienes hayan vivido las fiestas populares en el no tan lejano siglo XX pueden establecer comparaciones sobre los programas. Los tiempos son distintos, nuevas costumbres y tecnologías, pero en el fondo todos conservamos tendencias semejantes a despecho de tiempos y de modas. Hagamos un ejercicio de recuerdo, ajeno a la nostalgia, de cómo fueron los festejos de San Mateo en el Oviedo de medio siglo atrás.

Los puntos fuertes de los organizados por la SOF (Sociedad Ovetense de Festejos) eran, con un real de la feria nutrido en Llamaquique, verbenas en el Campo con quiosco en funcionamiento y tres bandas de música (militar, municipal y del hospicio), el Día de América, temporada de ópera, espectáculos de calidad, como el ballet del marqués de Cuevas en un entoldado que tuvo varios emplazamientos.

Además, bailes populares en La Granja y La Herradura con la orquesta "Marimbas Punto Azul" por ejemplo, en otros recintos Lolita Garrido o Bonet de San Pedro... Además, la romería del Cristo y el Jubileo de la Catedral. También, lo de siempre: bollo y vino, encuentros deportivos, juegos infantiles, corridas de toros, tómbolas, circos con animales, fuegos artificiales en Los Álamos?

Todo es distinto ahora, con los chiringuitos, los llamados "conciertos" y la escasez de alicientes para la gente digamos madura. No cabe duda de que para nosotros los mayores es fuerte una tentación en la que no debemos caer de ninguna manera. Y es la de creer que, salvadas las distancias de modas y costumbres, por lo menos algún tiempo pasado fue mejor.

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