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Clave de sol

Contagioso victimismo

Lo más inquietante es lo emocional

Hemos oído con frecuencia que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. La historia nos enseña que probablemente no es necesario llegar a tanto porque lo emocional es contagioso y creciente hasta crear una especie de nueva mística de la masa.

Yo creo que se podría enunciar una especie de principio parecido al de Arquímedes, según el cual toda verdad sumergida en lo colectivo pierde peso en proporción a la sustancia ideológica que desaloja. Sé de quién ha vivido esto muy de cerca en una sociedad alterada a causa de un victimismo nacido de una versión interesada de la historia.

Llegados a cierto punto, dar marcha atrás en esto será punto menos que imposible porque ya se ha creado una segunda naturaleza acorde con aquella mentira convertida en verdad y hecha carne de los presuntos agraviados. Esto es lo más peligroso cuando a la masa de ofendidos se les lleva la contraria.

Muchas veces los políticos se quitan un problema de encima, por lo menos de momento, con ciertas concesiones para contentar a quienes no se van a contentar porque sus aspiraciones de sedicentes irredentos tienden a infinito. Revertir la situación requeriría muchos años de revisión histórica y de reeducación social.

Lo arriesgado, lo peligroso, lo inquietante es la penetración en el inconsciente colectivo por la vía de las emociones: los cánticos, las banderas, los pretendidos agravios, las eventuales víctimas... Y aún más, si el proceso lleva muchos años de sedimentación.

Toquemos madera para que triunfe el buen sentido.

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