Las obras ejecutadas durante los últimos meses en una de las calles más emblemáticas de Gijón, Marqués de San Esteban, han sido muestra una vez más de las dificultades que encuentra el equipo de gobierno municipal para cumplir los plazos y resolver con eficacia y eficiencia las actuaciones urbanísticas más relevantes. Esta transitada vía, que data de finales del siglo XIX y está inspirada en la rue Rívoli de París, uno de los principales ejes comerciales de la capital francesa, es el principal ejemplo del desaguisado.

Desde que en diciembre de 2013 se fallara el concurso de ideas que definió la nueva imagen de esta calle tras una intervención integral hasta hoy, en que las obras están prácticamente finalizadas, han pasado cuatro años, y ninguno de ellos sin críticas y quejas de los afectados, primero por la demora y después por los frecuentes fallos. No hay que olvidar que las obras salieron a licitación en noviembre de 2014, y que su adjudicación fue revocada un año más tarde por el descontento municipal con la labor desarrollada por la adjudicataria, la misma empresa que había causado un monumental desatino en la calle Aguado.

Tras una nueva revisión del proyecto, para incorporar peticiones vecinales, el contrato salió de nuevo a concurso en julio de 2016 por 1,3 millones de euros. En octubre los trabajos fueron adjudicados a la baja a una nueva constructora por 886.000 euros. Desde entonces hasta hoy, la polémica actuación ha recibido más críticas que aplausos.

La reforma de Marqués de San Esteban se ha convertido, junto con la reparación del "kilometrín", que vuelve a eternizarse, en el talón de Aquiles del departamento de Obras del Ayuntamiento. Han sido años de espera de una actuación que no sólo ha sufrido frecuentes e inexplicables demoras sino que ha causado molestias al vecindario por los defectos de ejecución que hacen que aún hoy, tras un verano de ruidos molestos, frecuentes cortes de tramos de esta vía pública y adyacentes y zanjas que se abrían y se cerraban de un día para otro, siga habiendo operarios resolviendo deficiencias.

Los fallos en la planificación y en la ejecución de las obras municipales han ocasionado esta misma semana una severa crítica del movimiento vecinal contra el equipo de gobierno. La Federación de Asociaciones de Vecinos ha decidido no asistir a órganos participativos como los consejos de distrito en protesta por el hecho de que distintas obras municipales pactadas con las asociaciones o bien no se ejecutan o se ejecutan a destiempo, o bien se resuelven tarde y mal.

O el equipo de gobierno extrema el control de las obras que se ejecutan con cargo a las arcas municipales y exige seriamente responsabilidades a las adjudicatarias en cuestión de plazos y condiciones técnicas de los trabajos o esta seria contrariedad se convertirá en un lastre para Foro en lo que resta de mandato.