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Un bar de Madrid

En política, como en la vida, las responsabilidades han de estar a la altura de las capacidades

Un bar de Madrid las pasa canutas por estar cerca del estadio Wanda. Eso es actualidad pura. Lo de las dos Coreas también, claro, pero no es previsible que Corea del Norte compre, de momento, el Atlético de Madrid. Les cayeron a los dueños del bar, que no son colchoneros, palabras duras en los foros de Internet. ¿Buscas definir estos compases del milenio? Pues ahí lo tienes. Importancia mayúscula del deporte rey, impunidad de la falta de respeto en las redes. Y Wanda, que ya no es nombre de pez. El fútbol: un asombro. Lo del Barça, interesante. Dicho muy en resumen, no es seguro que la Liga española y el público español aguantasen el tirón de una Liga sin el FC Barcelona aunque una hipotética legalidad futura lo requiriese. La dependencia del fútbol es tan inmensa que el público español tragará muy probablemente con todo. Los reproches impulsivos que le auguran al Barça una liga pobretona con sus vecinos de comunidad autónoma se quedarán en eso: fuerza por la boca. Y del otro lado del Ebro, el club que es más que un club tampoco se moja con precisión. Nadie nos ha dicho con claridad dónde jugaría el Barça si el patio se revuelve como de momento se va revolviendo. ¿En Francia? En fin. Los franceses no quieren saber nada de la plurinacionalidad, su centralismo es sólido. Y su republicanismo es centralista. Y su sentido del decoro expresivo, y su nivel de exigencia literaria como nación lectora que son, coinciden poco con los baremos de aquí. Caso de que Francia nos resultara lejana e incomprensible, el PSOE nos echa un capote: desde las cimas del partido nos explican cómo es Bolivia para que nos vayamos reformateando políticamente. No somos tan listos como los pobladores de las cimas del PSOE- un partido que no da más que sustos desde hace tiempo- pero nuestra humildad nos salva. Y estudiaremos el caso de Bolivia visto que el de Francia queda lejos. El Mónaco juega en Francia, dicen por ahí. ¿Qué significará eso? Una cosa es segura. En política, las responsabilidades deben estar a la altura de las capacidades. Quienes llevan los asuntos públicos deben dejar claro con su conducta que están ahí para servir a la comunidad, y no para paliar una incompetencia intelectual que, fuera del escaño, les dejaría en el desempleo. Paxi López le preguntó hace poco a Pedro Sánchez si sabía lo que es una nación. Estaba claro hasta lo doloroso cuál de los dos tiene las ideas más claras en asunto tan importante. Pero los tiempos son los que son. Wanda, no crezcas mucho, que cierran los bares. Qué marrón de futuro.

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