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Sol y sombra

Caribdis y Escila

Rajoy, más solo que la una, intenta salir ileso de un doble peligro

En la mitología griega, Caribdis era un monstruo marino, hijo de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas, adoptando así la forma de un remolino que destruía todo lo que se ponía a su alcance. Originalmente había sido una ninfa marina que inundó la tierra para expandir el reino submarino de su padre, hasta que Zeus la transformó en un ser espantoso. Caribdis habitaba junto a otro monstruo, Escila, en un angosto paso marítimo. Los dos lados del estrecho estaban al alcance de una flecha, tan cercanos que los marineros que intentaban evitar a Caribdis pasaban cerca de la otra criatura y viceversa. Cuando intentaban alejarse de un peligro caían irremisiblemente en el otro. Así repetidamente.

La vida exige de vez en cuando y en determinadas circunstancias comprometidas poder manejarse entre Carbidis y Escila. Es el caso de Rajoy al que le está preguntando su socio constitucional socialista si va a aplicar el artículo 155, cuando ya lo hace a la gallega, "a modiño", para que nadie se lo pueda reprochar. De lo contrario, el primero en hacerlo sería seguramente el propio PSOE que le pide cuentas.

Él asegura que no prevé activarlo hasta después del 1-O. Si al día siguiente, los independentistas proclaman la república en Cataluña, cualquier cosa puede suceder, la autonomía quedará suspendida por la propia fuerza de los hechos. El presidente del Gobierno, más solo que la una, está intentando salir ileso entre Caribdis y Escila: el peligro le acecha a los dos lados del estrecho. No hay de quien fiarse en este estrepitoso naufragio institucional.

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