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Sol y sombra

El Gobierno plurinacional

La moción de censura contra Rajoy es un próximo escenario que empieza a dar vueltas sin que se haya resuelto la crisis catalana. Esta, en último caso, es la que proporciona munición para el viejo y único objetivo de desalojar al Partido Popular de la Moncloa. La moción la vuelve a patrocinar Pablo Iglesias, ahora con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona. Piden un "gobierno de unidad plurinacional", en cierto modo un contrasentido ya que, a la vez, instan a sumarse a él a ERC y el PDeCAT, precisamente dos de los partidos que alientan la secesión en Cataluña. Al mismo tiempo, acusan a Rajoy de destruir el "proyecto colectivo" de España. Calificarlo de grotesco sería quedarse en la superficie.

El argumento de Iglesias de que hace falta un gobierno "plurinacional y democrático" que organice un referéndum en Cataluña y que genere diálogo es una pamema. Del "proceso constituyente" hemos pasado de un plumazo al referéndum catalán como solución nacional. Sin embargo, no hace falta derribar gobiernos, ni mucho menos tanta pomposidad retórica. Para convocar un referéndum en Cataluña y en cualquier otro lugar de España habría que reformar la Constitución, suprimir el artículo 2 y someter el texto como es natural, creo yo, al juicio de los españoles. De todos. De salir adelante la reforma, habría que negociar y establecer las normas de la consulta como en otros lugares: un mínimo de participación; una mayoría holgada, no la diferencia de un voto para separarse, y una periodicidad razonable en las convocatorias. Lógicamente no se pueden celebrar referendos cada año.

Si el resultado es que los catalanes deciden por una mayoría elocuente separarse del resto del país habría que iniciar el camino de la secesión. Sencillo. El resto es una excusa para echar a Rajoy, un asunto que puede resultar prioritario, incluso por diferentes razones, para algunos de sus adversarios de la oposición pero no para el conjunto de los españoles.

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