¿Y si la declaración de independencia de Cataluña está vigente y los profanos no hemos caído en la cuenta? Un amigo jurista defiende que la pantomima del martes esconde una jugada que pasa desapercibida a una mayoría que ayer durmió más tranquila que la noche antes. Según su versión, digna de tenerse en cuenta, el artículo 4.4 de la ley catalana de referéndum establece que si hubiera más votos positivos que negativos el resultado implicaría la independencia de Cataluña. Y añade que, en ese caso, el Parlamento celebraría una sesión extraordinaria -la que tuvo lugar el martes- para efectuar la declaración formal de independencia. Y para concretar sus efectos e iniciar el proceso constituyente.
A su juicio, Puigdemont hizo tal declaración formal en la sesión tan esperada como temida y luego propuso suspender sus efectos, pero no se acordó nada al respecto, "luego sus efectos no están suspendidos", defiende. Y si no están suspendidos, la ley de transitoriedad entra en vigor por aplicación de su disposición final tercera. Del mismo modo, los artículos 1 y 2 de dicha ley establecen que Cataluña se constituye en una república y que hasta que se apruebe la Constitución esa ley se convierte en la norma suprema. De manera que Puigdemont proclamó ayer, de manera nada solemne eso sí, la república catalana independiente, entrando además en vigor su norma constitucional provisional. Sobre la mesa queda pues una nueva trampa al Gobierno de Rajoy. Quien piense que Puigdemont es un orate digno de chiste se equivoca de cabo a rabo.
