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Tino Pertierra

Sólo será un minuto

Tino Pertierra

Como un libro abierto

Leonor: "La vida es un libro abierto. Vas pasando páginas sin darte cuenta hasta que un día se termina el papel y pasa a estar cerrado. No lo digo yo. Me lo decía mi padre. También decía: procura dejar un libro que merezca la pena ser leído. Él lo hizo. Escribió páginas donde dejaba claro su intención de ser fiel a sí mismo, sin causar daños irreparables a los demás, sin confundir intereses con ideales, sin dejarse convencer por el encanto de la codicia y la ambición desmedida. Prefiero un fracaso honesto a un triunfo injusto, decía. Hubiera llegado más lejos en su profesión de haberse desprendido de lastres tales como el rigor, el respeto, la honradez y la humildad. He escrito profesión y lo lamento porque él no pensaba que la política fuera una profesión, aunque viviera de ella. Se ganó el respeto de muchos y el miedo de unos pocos. Los suficientes porque eran los que más poder tenían. Suele ocurrir. Los que mandan son menos que los mandados y así hay más tarta para repartir. Cuando oigo a alguien gritar que todos los políticos son iguales me enfado. Me entristezco. Pero ya me cansé de discutir. Mi padre no era corrupto, no engañaba a la gente con palabrería, no buscaba el voto lanzando mensajes en los que no creyera. Cuando empezaron a surgir casos de corrupción en su propio partido, su corazón se rompió. Y no porque fuera un ingenuo que no supiera de qué material están hechos algunos seres humanos, sino porque algunos de los acusados eran amigos suyos. Gente a la que conocía desde las barricadas. Gente por la que ponía la mano en el fuego. Gente que le quemó. Abandonar no es de cobardes, decía, es de derrotados, y yo no lo soy. Por eso intentó luchar desde dentro contra aquello que más odiaba, aunque significara perder amistades. No batallaba por el futuro sino por adecentar el presente. Su sonrisa se agrietó. Y su imbatible optimismo. Ya no escribía páginas en el libro de la vida con la celeridad de antaño. Y un día, la última hoja le sorprendió en la cama. Al funeral asistieron muchos de los que emborronaron sus últimos capítulos. Mi padre les hubiera perdonado. Yo no lo haré".

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