Los cuatro precandidatos que habían anunciado su intención de concurrir a las elecciones para designar al nuevo secretario general de la agrupación socialista de Gijón, la más poderosa de Asturias, puede que se queden en dos. O mejor, es más que probable que sean sólo dos: Iván Fernández Ardura y el edil Monchu García.
El animoso "folclórico" González Herrerías ya ha volado a las filas de Ardura, el candidato "barbonista", y la migración de Dulce Gallego a la misma lista puede ser cuestión de horas, si se atiende a los datos que maneja el "sanchismo" gijonés, que es "marialuisinismo" en la sombra. Lo que iba camino de un combate de "pressing catch" a cuatro tiene todos los síntomas de quedar en un pulso mano a mano. El resultado lo sabremos el próximo fin de semana.
Por otra parte, cuando se tiene cierta edad y no se es ducho en el manejo de las nuevas tecnologías, hay que tener cuidado con el Whatsapp, no se vaya a cometer la indiscreción de enviar un mensaje comprometido al grupo que no se desea y se arme la marimorena. Al mío llegaron ayer rebotadas unas frases escritas por un conocido militante socialista, exmiembro de la ejecutiva local, de los que alentaron ardientemente la precandidatura de Dulce Gallego, que dicen así: "Ayer estuve con Pachi. Parece ser que quiere a Dulce y a Tino. Lo de otra gente lo tendría que consultar. Hemos quedado en seguir hablando". Para añadir unos minutos después: "Lo siento, creo que me he equivocado de grupo".
De lo que se puede colegir que Dulce tiene un pie en la candidatura que alienta Pachi y que no hace falta ser experto en fisonomías socialistas para determinar quién es Pachi. Blanco y en botella...
