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Las banderas y Jasper Johns

La falta de orgullo de los españoles respecto a sus símbolos

Cuando me encuentro con la obra de Jasper Johns, con frecuencia me pregunto qué hubiese sido de esta obra, si en vez de haber nacido en Augusta, Estados Unidos, hubiese nacido en el Paniceiros de la historia universal, en el Coucechin o en Beisapie, por decir unos lugares cualquiera de Asturias o del resto de España. Es difícil hablar del arte de Jasper Johns, sin hablar de su bandera; la bandera americana, en torno a la cual ha girado lo más importante de su obra en la línea del pop-art, haciéndola centro vital de su trabajo inspirándose en las barras y estrellas para jugar con sus efectos de mil y una maneras, logrando emocionar al espectador. Al pasear por las calles de Manhattan, se puede contemplar cómo se mueven las banderas de las barras y estrellas, en los mástiles de los edificios públicos, en los privados o en los almacenes y locales comerciales de todo tipo; podemos encontrarnos esta bandera en cualquier objeto como souvenirs, y todo ello con gran orgullo y sin ningún tipo de complejos, pero el sumun es cuando uno llega al MOMA y se encuentra con lo más popular de la obra de Jasper Johns, con el pop-art de la bandera; hoy en día, no se podría concebir el MOMA, sin las banderas de Jasper Johns. Cincuenta estados de la Unión tienen, cada uno su bandera, pero todos ellos enarbolan la bandera de las barras y estrellas, como símbolo de una única nación, que es lo que les da la fuerza, algo así pretendemos con la bandera Europea, pero será difícil lograrlo con una mini parcelación de los componentes de la Unión, nuestra gran Unión Europea es como una tortilla sin cuajar. Curiosamente nosotros tenemos nuestras banderas autonómicas y siempre pretendemos que imperen sobre la Nacional, a la que tratamos, en nuestra ignorancia, de "facha" o "franquista", sin que nos paremos a pensar que cuando Carlos III, adoptó la roja y gualda, como bandera para los pabellones de la Marina, en 1785, Franco, aún no tenía mando en plaza y esta ha sido también la bandera de la primera República y fué, según me contaba Maldonado, la segunda República quien cometió el error de cambiarla, afianzando las ya, tradicionales "dos Españas, convertidas ahora en infinitas". Veo con curiosidad y sorpresa, como una gran parte de ciudadanos ve la bandera roja y gualda como de derechas, a la vez que ve la bandera tricolor como de izquierdas sin pararse, por un solo momento, a pensar que la tricolor, creada en la segunda República, representa otro sistema bajo el cual también hay derechas e izquierdas.

No puedo evitar, cada vez que veo la bandera americana pensar en un artista; veo a Jasper Johns, al igual que cuando contemplo las sopas Campbell, se me presenta la imagen de Andy Warhol, cosa que no me ocurre cuando veo Fabada Litoral. Será cuestión de releer la obra de Carl G. Jung, "El Hombre y sus símbolos" para llegar a la comprensión de estas obras de arte simbólico contemporáneo y conocer, según el famoso psicólogo suizo, la influencia onírica en la creación de estas obras, en esa relación de símbolos y sueños dentro de la mente humana. "Una noche soñé que pinté una gran bandera americana", dijo Johns de este trabajo, "y a la mañana siguiente me levanté, salí y compré los materiales para comenzar la obra". Un crítico de la época viendo esta pintura, se preguntó: "¿Es esto una bandera o un cuadro?" Ambos son producto del diseño creativo y por lo tanto son símbolos de origen onírico producido por la mente humana. Esa incipiente república, declarada en Cataluña, también sintió el deseo de tener una nueva bandera, no le valía la senyera, -de Senyal Real de Aragón- con sus nueve bastones amarillos y bermejos, con los que se podría realizar una luminosa obra de arte en la línea pop de Jaspers Johns, y se prefirió crear una nueva, la "estelada". Para ser tan pasotas frente a vocablos como, estado, patria, leyes o banderas, es asombroso lo que nos gusta crear, a estas alturas de un mundo sin fronteras, nuevos estados, nuevas patrias, nuevas leyes...y cientos de banderas, bajo el nombre de la libertad y la democracia, pero de esas libertades y democracias que sean las que decidan aquellos a quienes yo adoctrino, para un mundo mejor, -en nombre del pueblo...pero sin el pueblo-, al menos para mi y mis fieles; George Orwell, nos lo describió perfectamente en su obra, "Rebelión en la Granja". Siempre me ha sorprendido el orgullo, con que todos los pueblos del mundo enarbolan su bandera; pudiendo ser dictaduras, democracias o mediopensionistas, pero todo el mundo siente un gran respeto por sus símbolos, menos nosotros; que le pasa a nuestra mente para que no seamos capaces de poder relacionar nuestros sueños con los símbolos y sentir, a la vez, orgullo de esta imagen para poder convertirla en obra de arte. Tenemos una de las banderas más antiguas de Europa y a pesar de ello, no tenemos bandera.

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