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Apuestas por Asturias

Por estas fechas hace cinco años fallecía el Premio Príncipe de Asturias -hoy Princesa- Óscar Niemeyer; el ministro Luis de Guindos declaraba que el 4º trimestre del 2012 iba a ser el peor de la crisis; Asturias se situaba como la segunda comunidad con mayor aumento del paro; el comité de empresa de Suzuki iniciaba su encierro en la fábrica de Gijón, al tiempo que Inditex declara 1.665 millones de euros de beneficio en el tercer trimestre de aquel año (hoy supera de largo los 2.205 en el mismo periodo) y la patronal de la construcción preveía 2.000 nuevos despidos más en el sector. Chávez llegaba a La Habana para operarse de cáncer; al tiempo que desaparecía Banesto y se implantaba un nuevo impuesto a la banca en Asturias. Bruselas exigía que España retrasase la edad de jubilación y el comisario Almunia pedía profundas reformas en la economía nacional; mientras el IBEX se estancaba en los 8.000 puntos. El Gobierno de España declaraba que el presidente de la Generalidad -por aquellos días Artur Mas- va de "error en error" con su intención de convocar un referéndum y se agravaba la polémica sobre el ancho internacional en la vías del Pajares.

Pero también, por aquellos días del 2012, un grupo de directivos y empresarios pensábamos que las cosas (las buenas cosas) se tenían que impulsar, porque no llegan por sí solas, y que el mejor impulso posible que podíamos imprimir en nuestra querida Asturias era el vinculado a las personas, los valores y el talento. Hoy -cinco años después- seguimos en APD y en su Consejo Rector todos los que iniciamos aquel impulso y algunos más. Por ello, quiero que mis primeras palabras sean de profundo agradecimiento a todos.

Rafael María de Labra, destacado político y escritor, hijo de asturianos aunque nacido en Cuba en 1840, dejó escrito: "Es admirable ver cómo el asturiano sale tranquilo y confiado atravesando los mares y los puertos secos de sus montañas y entra en otras regiones y ciudades mezclándose -sin reservas ni prejuicios- con sus nuevos vecinos, adaptándose a las nuevas costumbres y sacando, con una dedicación exquisita y una laboriosidad extraordinaria, recursos y fuerzas apenas inimaginables cuando vivía tranquilamente a lado de su vaca y al pie de su castaño. Bien podría aventurarse que el asturiano ha nacido para hacerse hombre y señor fuera de su tierra nativa".

Desde estas palabras ha pasado ya casi un siglo y aún hoy nos seguimos sintiendo de alguna forma identificados con esta descripción. Es cierto que se han superado muchas barreras físicas y mentales, pero aún parece necesario luchar contra cierta inercia negativa que se demuestra a diario y que no se justifica con la realidad de la Asturias de hoy. Es tarea de todos dejar de lado definitivamente esta inercia y lo lograremos si en Asturias somos capaces de apostar a largo plazo por nuestras potencialidades -que las hay y que son muchas- y si esta apuesta la asumimos como propia, haciendo que el éxito particular de personas o empresas del Principado se convierta en el éxito de Asturias como proyecto en común.

¿Cuál es la senda por la que debemos apostar los asturianos para estar homologados entre los mejores? ¿Cuáles son las potencialidades que debemos impulsar en una comunidad que apenas representa el 1,9% del PIB nacional?

Tecnología. La primera apuesta sin duda debe ser la tecnológica: o nuestras empresas se adaptan a los cambios tecnológicos o mueren; así de crudo. No nos engañemos, el impacto sobre el PIB de la revolución digital es cuatro veces mayor de lo que supuso en su momento la revolución industrial. La tecnología ya está hoy mismo produciendo cambios económicos, empresariales, sociales, políticos, culturales y medioambientales que modifican el estilo de vida de las personas y generan transformaciones profundas en el mercado laboral. En este proceso que ya ha comenzado van a desaparecer muchas de las actuales profesiones, y con ello, los empleos que generan. Por el contrario, las nuevas habilidades y competencias que se van haciendo necesarias generarán nuevos trabajos que sustituyan a los anteriores. Se calcula que hasta 2020 la revolución digital propiciará en Europa en torno a 900.000 empleos nuevos que tendrán que ver, entre otras muchas cuestiones, con las nuevas tecnologías.

Asturias debe estar presente en esta etapa transformadora; si no lo hacemos, nos habremos suicidado como región económica y empresarial y, lo que es peor, habremos abocado a nuestros hijos a una diáspora sin precedentes lejos de nuestra querida y verde Asturias. Hoy mismo, muchas empresas con necesidades en el campo del mundo digital no encuentran en Asturias personas con las que hacer frente a la oferta. Algo que quizá tenga que ver con lo que el economista Álvaro Cuervo apuntó recientemente: "estamos en la cuarta revolución industrial y en Asturias seguimos discutiendo sobre la segunda". Pongámonos de forma urgente y de la mano de la Universidad, de las empresas y de las organizaciones sectoriales a trabajar en este tema para no renunciar a nuestro futuro y el de nuestros hijos y así evitar aquello que ya dijo muy sabiamente Honoré de Balzac: "la resignación es un suicidio cotidiano".

Formación. La capacitación de nuestros profesionales y nuestros jóvenes ha de ser la "segunda pata" sobre la que debe descansar la evolución hacia ese futuro en positivo que todos queremos para Asturias. La formación es clave en el actual mundo global. El Principado será una comunidad puntera en la medida que dediquemos nuestros máximos esfuerzos a tener los equipos humanos mejor formados, pero formados en clave de una "empleabilidad real" y no de una "especialización interesada"? de quienes viven en "aulas del pasado" y "claustros de antaño", tan alejados de la vida real como de las ofertas de trabajo que necesitan nuestros jóvenes. Esta apuesta debe ser también una apuesta colectiva, una acción cohesionada de nuestra querida Universidad junto con el mundo empresarial y las instituciones.

El 70 por ciento de nuestras exportaciones las lleva a cabo el sector del metal, que supone el 11 por ciento del PIB asturiano. Pues este sector, verdadera "viga maestra" de nuestra economía regional y que es altamente competitivo, con empresas que son referencia en el mundo por la calidad de sus trabajos, encuentran serias dificultades para contratar profesionales formados en Asturias en según qué perfiles. Soy de los que pienso que tenemos la mejor juventud de la historia, la más adaptada a las nuevas tecnologías y la más preparada para relacionarse en el mundo; tan sólo necesitan formarse en las profesiones del futuro y formarse bien, con excelencia y con esperanza de que al finalizar su formación podrán desarrollar sus potencialidades en el mundo de la empresa, que es el más apasionante y enriquecedor de los mundos posibles.

También nuestros gobernantes deben entender la necesidad de contemplar la Universidad no sólo como escuela de formación, sino también como el engarce del futuro de nuestros jóvenes. Y ello sólo será posible si potenciamos al máximo la colaboración de la empresa, la Universidad y los gobernantes, de forma y manera que hablemos de una apuesta homogénea, sin rupturas, comprometida y con nombre y apellidos en los presupuestos.

Uso y aprovechamiento de nuestro paraíso natural. Decía Jovellanos, en su discurso dirigido a la Real Sociedad de Amigos del País el 22 de abril de 1781, que "hay muchas gentes que siempre son forasteros en su propio país, porque nunca se aplican a conocerle. Tampoco basta -prosigue- haberlo recorrido de un cabo al otro, si esto no se hizo inquiriendo, observando y apuntando lo más notable". Utilizo la muleta de la cita de Jovellanos para hablar de la tercera clave para conseguir una Asturias más competitiva y que dé salida a todas sus potencialidades. Esta tercera "evolución en positivo" por la que debe transitar nuestro Principado tiene que ver con el uso y aprovechamiento de nuestro paraíso natural (fíjense que he dicho "uso" y no "abuso"). Me estoy refiriendo de igual manera al turismo, la industria agroganadera, la minería en todas sus variantes, la industria pesada, la manufactura naval, la ingeniería, la protección del medio ambiente, por citar sólo algunos asuntos clave de esa "Asturias verde" que en ocasiones no queremos ver.

El turismo es una de nuestras grandes asignaturas pendientes. Tenemos el mejor escenario, una naturaleza espectacular, distancias perfectas que permiten combinar mar y montaña en escasos minutos, hoteles y hostelería de muy alta capacidad y reclamos culturales de primera magnitud. Ha mejorado su peso en nuestro PIB, pero aún se encuentra a distancia considerable si lo comparamos con territorios vecinos.

En esta "Asturias verde" conviene recordar que desde 2002 la superficie agrícola en Asturias ha crecido, al tiempo que lo han hecho las explotaciones ganaderas ecológicas. Como han crecido también nuestras industrias lácteas, verdadero referente nacional e internacional y envidia de media España y medio mundo, y eso a pesar de que seguimos viendo a las pocas vacas que nos quedan como un mero reclamo publicitario.

En definitiva, esta Asturias genuina que lo es por su paisaje, por su gastronomía, por sus cultivos, por sus vacas, por sus industrias, por sus astilleros, por las altas potencialidades de la minería metálica ahora que el carbón parece no estar en su mejor momento y por su medio ambiente debe mirarse a sí misma y proteger e impulsar lo bueno que "late" en su interior sin acomplejarse por nada ni por nadie.

Podría aludir a otras muchas posibilidades que tiene Asturias, esta "Asturias en positivo" que se consolidará si hacemos apuestas a largo plazo con modificaciones legislativas, con acuerdos de amplio consenso y acabando con la cultura demoledora que tanto predicamento ha tenido en nuestra tierra: aquella de que "el éxito es sospechoso".

Desde nuestra organización vamos a seguir apostando por Asturias como mejor sabemos hacerlo: incidiendo en la formación de nuestros directivos, apoyando a nuestros empresarios y ayudándoles a que sus empresas asturianas crezcan, salgan al exterior, innoven y se comprometan con los mejores valores y el medio ambiente que les rodea.

Dice el refrán marinero aquello de que "después de perdido el barco, todos pilotos". En APD no tenemos vocación de pilotos de barcos naufragados pero, siendo como somos el principal foro de encuentro de debate de directivos de España, con más de 3.000 asociados, y cumpliendo en Asturias nuestros primeros cinco años en plenitud de ilusión y de iniciativas, nos atrevemos a trasladarles nuestras opiniones y a continuar -como mínimo- otros cinco años más "apostando en positivo" por una Asturias que, sin duda, irá a más si los asturianos no nos consideramos menos.

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