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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Las cuentas no cuadran

A ver cómo se digiere este sinsentido: si el Ayuntamiento de Gijón no gasta ni la mitad de lo que presupuesta en su capítulo de inversiones (decir la mitad es de una generosidad enorme con los que gobiernan, puesto que la oposición habla de que no cumplen ni la tercera parte del compromiso contable), pero a la vez ese mismo Ayuntamiento se encuentra en la lista negra de ciudades en riesgo de incumplir el techo de gasto que marca la ley de Estabilidad Presupuestaria..., ¿dónde está el sumidero o adónde va a parar la pasta que queda en el cajón?

El gobierno de los arreglos sobre la marcha y las modificaciones presupuestarias -cambian más las partidas que un camaleón en una piscina de bolas-, o no echa bien las cuentas o las cuentas no le salen. Y mira que la edil Ana Braña es mujer con empeño en que no se le alboroten los decimales. Ocurre que el concejal de Hacienda siempre es el malo de la película del dispendio de los demás.

Para más inri, Moriyón y su gente caminan ya sobre la cuerda floja de la prórroga presupuestaria, que sin ser un drama sí refleja el fracaso de su capacidad negociadora. Llegar a la prórroga no es un fracaso si después se acierta en la tanda de penaltis. Cuando la pena máxima se dispara con chulería a lo Panenka y el portero no se mueve, no cabe más que esperar el pitido de la grada.

Un buen amigo ducho en los asuntos de la economía y en la cuadratura de círculos numéricos dice que el gobierno local acumula tantos problemas a la hora de cuadrar las cifras que comienza construyendo cubos y acaba haciendo pirámides, no por volumetría, sino por falta de presupuesto.

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