El año entra en su último mes y la negociación presupuestaria en el Ayuntamiento de Gijón sigue estancada. La alcaldesa, Carmen Moriyón, ya dijo hace semanas que su equipo agotará hasta el último minuto las oportunidades de diálogo; pero la aritmética municipal es tozuda y sea por incapacidad de los que gobiernan o por la falta de interés en colaborar de los grupos de la oposición, Gijón se encamina a la prórroga del Presupuesto en 2018.

Prorrogar las cuentas municipales implica que las partidas previstas para este año se trasladarán automáticamente al próximo, lo que conduce a un escenario repleto de incomodidades administrativas y de frecuentes modificaciones de crédito, medida esta última a la que el gobierno de Foro tiene a los gijoneses muy acostumbrados.

Sin que la situación, por la falta de un nuevo presupuesto, se torne dramática, como días atrás reconoció el portavoz forista, Fernando Couto, sí habrá que reconocer que la prórroga impide iniciar inversiones que no hayan sido planificadas y aprobadas en los años precedentes, con carácter plurianual. Lo cual supone que no habrá el año próximo posibilidad de inversiones nuevas, ya que el destino del dinero público suele ser finalista y los presupuestos de las administraciones concretan exactamente a qué proyectos va destinado.

Lo cierto es que llegar a la prórroga presupuestaria supone un varapalo político, por cuanto pone de manifiesto la incapacidad del equipo de gobierno en minoría de llegar a acuerdos con los grupos de la oposición para alcanzar consensos en materia tan trascendente como la planificación del gasto público. Pero no toda la responsabilidad del desacuerdo corresponde a los que gobiernan: tampoco los dos grupos que, por número de concejales, tienen la llave para permitir la aprobación presupuestaria por la vía de la abstención, PSOE y Xixón Sí Puede, han mostrado gran interés en sacarle a Foro las castañas del fuego. Los podemistas, que el pasado año permitieron aprobar las cuentas a Moriyón, se han agarrado este año a la negativa de Foro a remunicipalizar el servicio de ayuda a domicilio para desmarcarse del acuerdo. Y los socialistas han condicionado su apoyo a la petición de alguna dimisión de altos cargos foristas y a la inclusión de partidas por valor de 50 millones de euros. Propuestas ambas que Foro no iba a aceptar de ninguna de las maneras.

Si un milagro no lo remedia, las cuentas municipales de 2018 serán prorrogadas. Es tarea del gobierno local conseguir que en ese escenario presupuestario la ciudad no se paralice. Obligada está, por tanto, la alcaldesa y su equipo a ejecutar el año próximo el Presupuesto con mayor eficacia que este año, con numerosas obras e inversiones aún sin culminar, cuando solo restan treinta días para acabar el ejercicio contable.