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Prolongar la ilusión

El partido ante Osasuna es un encuentro contra la historia reciente del Real Oviedo

El partido de mañana en el Tartiere no es un encuentro cualquiera, al menos para muchos aficionados. Enfrente estará una de nuestras némesis, el Osasuna, ese equipo con el que peleamos hasta el último día la permanencia en Primera División y perdimos, en aquel encuentro de infausto recuerdo en el que la afición de la Real Sociedad abucheaba a su delantero lituano Jankauskas cada vez que se acercaba a la portería rojilla, defendida por un tranquilísimo Sanzol. Aquel "tongo" -y nuestra propia incapacidad- nos llevó a Segunda, en una tarde de lágrimas en la que Luis Aragonés, el último entrenador que dejó al Oviedo en Primera, celebró la clasificación para la Champions del Mallorca y consoló a sus antiguos pupilos por igual. Del posterior periplo de años por el barro el Real Oviedo resurgió más fuerte, y con la afición más unida que nunca. Pero ahí volvió a aparecer el equipo de Pamplona, con un doloroso 0-5 que terminó de mala manera la temporada del regreso al fútbol profesional. Un resultado que además dio alas al Osasuna, que acabó ascendiendo.

Hay motivos para pensar que, esta vez sí, el Real Oviedo podrá vencer a su némesis navarra, igual que Edmundo Dantés consiguió, al cabo de los años, perpetrar su venganza. Anquela parece haber encontrado la fórmula secreta de la Coca-Cola, el sistema que potencia las virtudes del equipo y camufla sus defectos. Forlín como barrendero atrás, aportando tranquilidad, seguridad y buena salida de balón a la defensa. Es el jugador con más experiencia internacional, y la mejora en su rendimiento ha hecho crecer al conjunto. Los otros dos centrales juegan mejor arropados y sin salir a campo abierto, y los dos carrileros, Mossa -a ver si llega bien al partido tras algunos problemas físicos- y Diegui, suben asiduamente y tienen la capacidad de sembrar el caos y el desconcierto en las defensas rivales. Berjón, con el nuevo sistema, también se ha visto liberado en buena parte de sus responsabilidades defensivas, su talón de Aquiles, y pude dedicarse a lo que mejor sabe: filtrar pases, mantener el balón y abrir el juego a los carrileros, disparar a puerta, centralizar el balón parado?

El equipo, además, empieza a recuperar efectivos. Jugadores que habían permanecido meses lesionados y que pueden ser importantes, como Hidi y su gran desplazamiento de balón en largo o el lavianés Viti, con su juventud, garra y velocidad. También es mérito de Anquela haber recuperado hombres para la causa. Ahí está Yeboah, que empieza a justificar con buen juego lo que por currículum -es propiedad del Manchester City- se presuponía: que es jugador de futuro. También Linares, cuyo rendimiento está incluso haciendo olvidar al goleador Toché. Más recursos para un equipo que tiene ante Osasuna una buena prueba, un rival rocoso, que concede pocas oportunidades de gol, pero que también llega necesitado. Si se quiere mirar hacia arriba en la clasificación, es el encuentro perfecto: la afición va a estar ahí, seguro, arropando al Real Oviedo, para ganar a su némesis y prolongar la ilusión.

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