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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Pirámides de Asturias

Por tercer año consecutivo, mueren más españoles de los que nacen. Ese decrecimiento alarmante de la natalidad que pone la pirámide poblacional boca abajo como un funambulista tiene su explicación en la creencia de que criar un hijo sale hoy en día por un pico. De ahí que las cigüeñas colonicen campanarios y torretas del tendido eléctrico en huelga de alas caídas.

Entre enero y junio, según la encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), ese almanaque numérico semestral que sólo da malas noticias, han perdido la vida 219.835 españoles y, por contra, han llegado al mundo 187.703 españolitos, lo que supone un crecimiento vegetativo negativo de 32.132 almas. También durante el mismo semestre del año en curso se alcanzó la cifra más baja de matrimonios de la última década. Antes, la gente se casaba por la Iglesia, por lo civil o por idiota. Ahora en los templos no contrae nupcias ni Dios, y para que te case un concejal vale más vivir en pecado el ayuntamiento carnal.

Asturias no es ajena a ese envejecimiento poblacional, una región que como las vecinas gallega y castellanoleonesa lleva puesto un diu en las iniciativas y en los presupuestos destinados a paliar un déficit alarmante de efectivos que pone en serio riesgo de extinción el sistema de salud pública y las pensiones. El caso es que en Asturias no hay ya más alumbramiento que el de las líneas de alta tensión, por culpa también de las pocas luces de los que quieren apagar el brasero de las térmicas. Vamos a ver cada vez más cigüeñas a destiempo por estos lares culminando el nido en las espadañas, pero ninguna anidando en la cúspide de las pirámides de población.

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