El debate regional sobre los Presupuestos autonómicos se acerca ya al punto del postureo. Porque la realidad desnuda es quizás más cruda de lo que muchos tratan de vender. Primero, el Gobierno regional no quiere, pero tampoco teme, una prórroga presupuestaria, y más después de que el líder de la FSA, Adrián Barbón, haya dicho que él está dispuesto a arreglarlo para que haya un acuerdo de la izquierda. Pero ese acuerdo es harto difícil. Por mucho que IU intente enredar para justificar sus irrefrenables deseos de apoyar al PSOE (más allá de la sobreactuación de las rupturas), la pelota la tiene en el tejado Podemos, que es quien realmente tiene la sartén por el mango.
La solución a esta historia no llegará hasta después de que se conozcan los resultados de la elección interna de secretario general en la formación morada. Si Piernavieja logra la victoria quizás haya opción a un acuerdo, pero si Ripa renueva la mayoría está claro su discurso: nada de pactar con un PSOE que representa un compendio de corrupción y chiringuiteo.
Y aunque el Partido Popular cierra la puerta a un acuerdo (pero deja abierto el pestillo, por si cabe arreglarse en el último minuto), lo cierto es que si hay Presupuesto será sólo porque Podemos quiere, porque el Gobierno accede a regalarle el tanto de conseguir un calendario para instaurar a medio plazo la gratuidad de las escuelas de hasta 3 años y porque la FSA ha admitido la idea de que hubo un PSOE perverso que la nueva ejecutiva ha desterrado asumiendo así las tesis de Ripa. ¿Estarán dispuestos a ello? Veremos.
