La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las escuelas de bebés y los brindis al sol

Lo difícil del cambio de modelo del primer ciclo de Infantil

Convertir el primer ciclo de Infantil, el de los niños menores de tres años, en una etapa educativa universal y gratuita. Es decir, imbricada en el sistema educativo asturiano a todos los efectos.

Es la formulación, revestida de exigencia, de la oposición en la Junta General del Principado y uno de los escenarios donde se dirimen las conversaciones para la aprobación del presupuesto general de Asturias para 2018.

Echemos números. Cada año nacen en la región unos 6.200 niños. El primer ciclo de Infantil comprende tres hornadas anuales de bebés (cerca de 19.000 en total). La matrícula en ese primer ciclo es hoy limitada en Asturias por varias razones: culturales, de infraestructura y económicas. Están matriculados algo más de tres mil niños en este ciclo inicial educativo, un porcentaje que no llega al veinte por ciento. Hay 65 escuelas infantiles en 38 concejos asturianos. La mitad, con escuela, la otra mitad sin ella.

Educación prevé un gasto de 11,4 millones de euros para subvencionar en 2018 la llamada Educación Infantil 0 a 3 (hay otros 269.000 euros para costear las tres guarderías laborales de la región). En total, 11,7 millones. Y un modelo en revisión, que parece superado pero que no cuenta con alternativa. Educación estira plazos y dice que en abril presentará una propuesta. El Gobierno regional está de acuerdo con ese carácter universal y gratuito del primer ciclo pero las cuentas no salen.

¿Cuánto costaría ponerlo en funcionamiento? Nadie se atreve a dar una cifra porque las dificultades de gestión serían enormes y dispararían costes. La universalidad del modelo permitiría a una familia de la periferia de Ibias tener el mismo derecho real de escolaridad de su bebé que la familia del centro de Oviedo. Es bueno que los derechos se compartan y que, además, no sea a costa directa de la renta familiar, pero, como ejemplo, el traslado escolar, ida y vuelta, de un niño de ocho meses no es tan sencillo como el transporte de un escolar de nueve años. Se requiere un mapa escolar del primer ciclo de Infantil porque no todos los municipios tendrían su escuela. De hecho, hay concejos que no disponen hoy de centro escolar alguno. Ese mapa escolar se parecería mucho al actual de Primaria pero no serían necesariamente dibujos superpuestos.

La inclusión del primer ciclo en el sistema educativo supondrá no solo un esfuerzo en personal docente sino un cambio de modelo en las relaciones laborales con los más de 500 técnicos educadores encargados del día a día de las escuelas asturianas de bebés. Y un esfuerzo de adecuación de espacios, no siempre fácil. Hoy, esos espacios los ponen los ayuntamientos interesados pero con la futura inclusión del 0 a 3 en el sistema educativo asturiano, el aumento de la responsabilidad de la Consejería de Educación en este aspecto sería proporcional a la reducción de la de las entidades locales.

La matrícula de los niños menores de tres años tiene unos límites. Sobrepasar el 60% del censo infantil en esas edades se hace difícil por razones que tienen que ver con la potencialidad del elemento familiar. Pero la gratuidad aumentaría esa lista de bebés escolarizados. Si la matrícula se multiplica por tres, el presupuesto se multiplica por mucho más. Para empezar desaparecerían las cuotas familiares.

Pretender ya implantar el modelo es un brindis al sol. La política lo aguanta todo pero conviene recordar que ninguna comunidad del Estado cuenta hoy con ese modelo aunque algunas se acerquen.

Compartir el artículo

stats