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Fernando Granda

Envases de lujo contra reciclaje

Pasamos del papel de estraza a los envoltorios ostentosos, pero nos piden que reciclemos

Es difícil de entender que hoy día se mantengan dos tendencias contrarias en la vida diaria, rutinaria, sobre la venta y el reciclaje y recuperación ambiental. Por una parte, nos venden productos que adquirimos en mercados, supermercados y casi en todo tipo de tiendas y establecimientos comerciales en rimbombantes y aparatosos estuches y envases preparados de fábrica. También nos envuelven en bandejas y lujosos envoltorios dispuestos en el momento de la compra los productos frescos. Un sistema que embellece la presentación de los artículos en unos casos o lo magnifica en otros. Es decir, pasamos del papel de estraza al lujo asiático en muy poco tiempo. Pero al mismo tiempo nos piden que reciclemos todos esos ostentosos envoltorios.

Cíclicamente se publican resultados sobre los avances del reciclaje en España y normalmente son mejores cada oleada. En ellos se suelen especificar los porcentajes en las distintas modalidades de la recogida de basuras, las cifras de recuperación de envases. Además se dan estadísticas de los sistemas que se utilizan para esa retirada de residuos, vidrio, papel y cartón, plásticos y envases, desechos orgánicos, etc. Asimismo se mencionan estos resultados por comunidades. Todo ello alienta al contribuyente y le anima a reciclar más y mejor.

Sin embargo no se hace nada, o muy poco, en cuanto al productor, al vendedor, al empaquetador de esos lujos envases que resaltan ciertos objetos pequeños o de menor valor y los convierten en ambiciosos objetivos, deseos ideales, admirados cachivaches, como comentaba con su serio humor Javier Cuervo en su columna de la última página. Caso especialmente utilizado en los juguetes que en esta época del año llenan los escaparates desde el nuevo "black friday" a la festividad de los Reyes Magos. Y que es seguro que repercuten en el precio del producto.

Respecto al reciclaje del ciudadano, del vecino, creo que son necesarias algunas reflexiones. Por ejemplo respecto a la separación de las basuras. Se establecen medidas sobre el peso de los residuos orgánicos, sobre discriminación de restos, sobre el sistema de recuperación y recogida y sobre contenedores para su ordenado almacenamiento o destrucción. En las calles de muy distintas poblaciones españolas se ven diferentes métodos. Hay contenedores móviles en la gran mayoría y también estructuras fijas subterráneas. Hay recogidas con muy variada periodicidad, distinto sistema de empaquetado y, sobre todo, desigual trato posterior. Pero si cada vez reciclamos más y mejor los españoles, estamos aún lejos de otros países de nuestro entorno.

En algunas ciudades escandinavas se reciclan desde los excrementos humanos hasta los envases más variados, con lo que se aprovechan muchos restos para servicios municipales menos exigentes con la higiene (aguas no necesariamente potables, compost, humus, abonos). Se aprovecha todo. En Alemania, República Checa, Holanda? el vidrio no se rompe al caer al interior del contenedor. Y disponen de varios sistemas de recuperación. En unos sitios se deposita según su color en cada contenedor. Los comercios cobran por las botellas, frascos y continentes de vidrio y tienen máquinas de recuperación de los mismos que devuelven el dinero pagado en la compra, lo que incentiva el reciclaje o devolución. Es el sistema denominado retorno. En Madrid y varias poblaciones españolas se están estudiando fórmulas para que cada vecino contribuya al reciclaje según los despojos que deposite y el peso de sus residuos.

En España estamos todavía lejos de estas cotas y apenas se incentivan los envases reciclables y no dañinos con el medio ambiente. Necesitamos muchos y más eficaces "puntos limpios".

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