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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El mono de la Pedroche

La musa vallecana ganó por goleada en la noche televisiva con su modelito

El hombre desciende del mono y sigue descendiendo, de tal forma que los comportamientos primates se nos imponen en las rotundas dosis de mandrilismo que acompañan a este país cuando se trata de valorar, cada Nochevieja de los últimos años, el vestido que exhibe a la hora de las campanadas Cristina Pedroche, musa vallecana de chiste fácil y telas estrechas.

Esta vez no hubo vestido, sino un mono capaz de exaltar los instintos más orangutanes de los machos alfa de la sabana peninsular. Un mono transparente que no alcanza para tapar las vergüenzas del mono desnudo de Desmond Morris, aquel pensador del pasado siglo que hizo un brillante estudio de la conducta humana explicada desde un punto de vista estrictamente zoológico, o sea, sexo, alimentación e instinto de supervivencia.

Como la Pedroche se atrevió a realizar, antes del atragante de las uvas, un alegato feminista digno de sorpresa y aplauso, a ver quién es el guapo que osa criticar el atuendo más comentado de este país después de los modelos de la Reina.

Pasa en este caso como en el cuento del traje nuevo del emperador: que nadie se atreve a reconocer que la muchacha se exhibe prácticamente en pelotas. Conviene al interés de lo políticamente correcto convencernos que va de Dior.

La gente de orden tal vez prefiriera la capa bejarana de Ramonchu, con ese paño negro de corte draculiano de La 1 de Televisión Española, a los recortes que alcanzan a los retales de Telecinco, pero a la vista del ruido mediático ocasionado, la Pedroche ganó por goleada. Es el sino habitual de este país cada Nochevieja, que de tan vieja acaba pareciendo rancia.

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