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Luis Sánchez-Merlo

Las armas de Cousins

Los méritos y la trágica muerte del CEO de Compass

Richard Cousins, el CEO de Compass Group, gigante mundial del catering, perdió la vida el pasado 31 de diciembre cuando el hidroavión en el que se desplazaba se estrelló en Sidney (Australia).

Viudo desde hacía unos años, estaba pasando las vacaciones de fin de año con sus dos hijos, su novia Emma Bowden, editora de arte de la revista "OKMagazine!", con la que se iba a casar este año, y una hija de esta. Los cinco perecieron en el accidente.

Tras una década como consejero delegado de Compass, había anunciado en septiembre del pasado año que se retiraría en marzo de este año. Unos días antes de volar a Australia, la pareja había enviado las invitaciones de boda.

Tras hacerse cargo del grupo en 2005 -cuando estaba inmerso en escándalos de corrupción derivados de malas prácticas en concursos para contratar con Naciones Unidas- había conseguido transformar la compañía en una de las principales empresas del Reino Unido. Hoy es la mayor compañía de catering del mundo, opera en 50 países y emplea a más de 550.000 trabajadores, con unos ingresos anuales de £22.6bn, lo que le sitúa en el puesto 25 del FTSE100.

La Harvard Business Review acababa de situar a Cousins en el número 11 del ranking de los mejores CEO del mundo.

Nacido en Leeds en 1959, estudió Matemáticas en Sheffield University y posteriormente hizo un Master en Investigación Operativa en Lancaster University. Con anterioridad, había trabajado en Cadbury Schweppes y en BPB plc, compañía de materiales de construcción.

Tras ser consejero estratégico del grupo y a propuesta del CEO en España, Alfredo Ruiz Plaza, fui nombrado Presidente de Compass España y patrono de la Fundación Eurest. En ese tiempo, tuve ocasión de comprobar el interés de Richard Cousins por nuestro país, su economía y su cultura. Y evidenciar que su principal preocupación estribaba en satisfacer las expectativas del accionista. Su religión siempre fue el valor de la acción.

Duro y exigente, sus armas eran la sencillez organizativa y un impecable desarrollo del Gobierno Corporativo, como forma de aumentar el valor de la compañía. Su munición, la atención y el cuidado del detalle.

El "Financial Times" le ha despedido con honores, en un editorial laudatorio en el que pide a su sucesor, Dominic Blakemore, que no haga cambios estratégicos ni plantee adquisiciones imperiales, que siga prestando mucha atención al detalle, sea conservador en cuestiones financieras y mantenga la determinación ejecutiva de su antecesor. Para terminar recordando que, durante el mandato de Cousins, Compass dobló ingresos y dividendos y el valor de mercado del grupo subió un 800 por ciento.

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