La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

La lección de Podemos

La coral dirigida con mano de hierro baja en expectativas

No es mala noticia para una democracia liberal ver cómo sus enemigos antes incluso de intentar destruirla son capaces de destruirse a sí mismos. Parece ser el caso de Podemos, que en cuatro años ha viajado desde el asombro a la volatilidad.

El proyecto coral que dirigió Pablo Iglesias con mano de hierro se aproxima más que nunca a la constatación de su fracaso debido a los resultados electorales de sus satélites catalanes y a las bajas expectativas que ofrecen las encuestas. Debe resultar helador comprobar que tras la esperanza del sorpasso de la izquierda lo que se vislumbra en el horizonte es un adelanto por la derecha de la segunda de las formaciones que surgió de la nueva política para dedicarse a hacer la política de toda la vida.

Tendría que ser, a la vez, aleccionador para el PSOE el ejemplo de cómo esa formación coral, antagonista en la disputa de su espacio, se hunde, entre otras razones, por mantener una posición poco fiable para los intereses generales de España en Cataluña. Por mucho que los tiempos hayan cambiado el socialismo democrático no debería alejarse de la idea inicial, del sentido de Estado que le permitió gobernar en distintas etapas en este país. Incluso con sus goteras. Decía con razón Indro Montanelli que un liberalismo sin correctivo socialista está condenado al suicidio, porque el capitalismo ha de disponer en las vísceras de los anticuerpos que lo mantengan a salvo de sus posibles degeneraciones, y el más eficaz de estos anticuerpos es precisamente el socialismo democrático, reformista y riguroso con la misión del Estado en una sociedad moderna.

No saber siquiera explicarse estas cosas es parte del fracaso de Pablo Iglesias y su pintoresco combinado.

Compartir el artículo

stats